Jornada de charla e intercambios sobre la Educación Inclusiva en UTU

Se desarrolló la jornada El proceso de la DGETP hacia la Educación Inclusiva; la primera charla de agosto en el marco de la nueva edición del ciclo de conversaciones educativas 2024, organizadas por la Dirección Técnica de Gestión Académica. Contó con la presencia de la subdirectora de la DGETP, Laura Otamendi, la directora técnica de Gestión Académica, Laura Bianchi, y de Julio Rodríguez Vaucher, director del Programa de Educación Media, además de docentes y funcionarios interesados. 

Rodríguez explicó la importancia que tienen estas actividades para difundir los trabajos realizados dentro del programa a toda la comunidad educativa. La charla estuvo a cargo de tres integrantes del Programa de Educación Media: Soledad Gómez, Triana Cardoso y Rossana Bruno. 

La presentación comenzó con un viaje al pasado a través de imágenes de UTU, donde recordaron los diferentes parámetros y prohibiciones que marcaron ciertas épocas de la historia y señalaron como ejemplo, cuando la educación era exclusivamente para varones. 

Destacaron la transformación educativa hasta el día de hoy y la evolución de los derechos, tomando como referencia el marco nacional e internacional de ellos. Se enfatizó en los protocolos y resoluciones de la DGETP sobre la actuación para la inclusión de personas con discapacidades en los centros educativos. 

La jornada finalizó con una ronda de preguntas del público donde las encargadas de la charla evacuaron todas las dudas. La actividad se enmarca en el Ciclo de martes, encuentros que se realizan de forma presencial, abiertos a las autoridades y equipos educativos de la institución, con inscripción previa. 

La idea de “aprender juntos” es central en la  educación pública uruguaya y surge del  ideario   sintetizado en la visión de escuela planteada por José Pedro Varela en los años de gestación de la enseñanza primaria: “aquellos que se han encontrado juntos en los bancos de una escuela en la que eran iguales y a la que concurrían usando un mismo derecho, se acostumbrarán fácilmente a considerarse iguales…” 

Desde entonces, este ideario  ha estado presente de muchas maneras en las políticas y programas educativos del Uruguay: a través de propuestas de mejoramiento educativo, en instancias de formación y capacitación docente, en espacios que procuran la participación de familias y comunidad, en incentivos para proyectos institucionales que procuran mejorar la convivencia y los aprendizajes. 

Lo que todos estos esfuerzos tienen en común es el reconocimiento de un desafío que tiene la sociedad uruguaya para responder a su creciente diversidad con equidad y asegurando los mismos derechos y oportunidades a todos los niños. 

Evidentemente, las modificaciones necesarias para adaptar el sistema educativo a todos introducen un campo problemático a las instituciones,  a la labor docente y a su profesionalización, pero también enriquecedor ya que implica desafíos y cambios. Es necesario que toda la escuela se prepare para un trabajo con las diferencias y facilite los apoyos necesarios y ajustes razonables para que todos y todas puedan aprender. 

Iniciativas como la Red de Escuelas y Jardines de infantes Mandela, la concepción de la educación especial “no ya como un sistema segregado , sino como una modalidad educativa transversal a la educación general, con fortalecimiento y expansión de la red de maestros de apoyo y transformación de las escuelas especiales en centros de recursos”, el Programa A.PR.EN.D.E.R, el Programa de Maestros Comunitarios y el Programa de Escuelas Disfrutables integran líneas  de  política educativa que contribuyen  al desarrollo de las condiciones necesarias para que las escuelas atiendan las necesidades y promuevan el máximo potencial de todos sus estudiantes. En este contexto , es necesario también resignificar el papel de los apoyos a la educación inclusiva. 

Si bien el concepto de inclusión suele asociarse a los estudiantes con discapacidad, a los niños con dificultades para aprender o a quienes viven en contextos de pobreza , su contribución es universal.  Se concreta en  un gesto inicial de hospitalidad hacia todos y un gesto singular de atención a cada uno, derrotando las barreras culturales y los prejuicios que limitan las posibilidades de desarrollo y creando entornos favorables a la diversidad.  Son estas las primeras contribuciones  para cambiar la visión predominante sobre la discapacidad y las expectativas predominantes sobre los niños y niñas con discapacidades. 

Las escuelas y maestros deben compartir esta tarea y estos desafíos con   la comunidad. La necesidad de movilizar el apoyo de familias y comunidad parte del reconocimiento de que los factores determinantes en los procesos de inclusión, trascienden el aula y la labor docente. Es necesario fortalecer  la labor cotidiana de las instituciones educativas con el respaldo de su comunidad, cuestionar conjuntamente toda   discriminación y fomentar formas de convivencia igualitarias en cada escuela y cada hogar. Las familias y las organizaciones de padres pueden desarrollar acciones de  promoción de derechos que estimulan la educación inclusiva en beneficio de todos y todas. 

Cuando una escuela, un maestro o un grupo de niños se preparan para incluir a alguien con discapacidad y buscan desarrollar al máximo su capacidad de aprendizaje, esa escuela, esa aula y ese grupo de maestros y niños están mejor preparados para que todos y todas aprovechen al máximo su potencial. 

El programa de Educación Inclusiva diseña e implementa acciones que promueven la atención a la diversidad desde un enfoque de Derechos Humanos. La iniciativa forma parte de una serie de programas integrantes del eje Educación y Derechos Humanos de la Dirección Nacional de Educación. En este sentido, se formulan estrategias y diseñan instrumentos y herramientas en clave de accesibilidad. Este aporte tiene el objetivo de promover políticas educativas inclusivas, tanto desde aspectos normativos como de articulación interinstitucional y diseño de proyectos territoriales innovadores. 

El objetivo de las jornadas es garantizar el Derecho a la Educación inclusiva, equitativa y de calidad a través de promover la presencia, participación y aprendizaje de todo el estudiantado, el fortalecimiento de acciones para la transversalización de la accesibilidad e inclusión en el MEC. 

Asesoramiento y orientación a otras instituciones y la ciudadanía en materia de Educación Inclusiva, también la recepción, seguimiento y sistematización de situaciones de vulneración de derechos relativos a estudiantes en riesgo de exclusión o marginalización por motivos de discapacidad y otros, sensibilización y formación sobre la temática.