La tarde del miércoles se convirtió en una tarde de sorpresa, dolor y ausencia en nuestra ciudad.
por Pepe Temperan
Muchas veces la desaparición física de una persona conocida en un núcleo social por su tarea o manera de ser desprende sentimientos profundos a veces sin conocer o tener un vínculo directo con una persona.
Además de su familia, sus amigos, compañeros y allegados cientos de vecinos mostraron en redes sociales el sentimiento de angustia ante la desgraciada partida de Mauricio Hernandez a sus 54 años.
Para muchos «Mauri», para otros «Mauricio», «el gordo», «el de la Asociación», claro tenía una vida dinámica, activa, su chispa y forma de ser hacía que no pase desapercibido. Algunos lo recordaron en sus inicios como peón, como un empleado más de la intendencia, otros en hacienda, en abastecimiento, más acá en el tiempo como director de servicios, en la Junta local de Carlos Reyles.
El dolor profundo también pasa por la familia de la asociación down de Durazno, se fue su referente uno de los que empujaba el carro desde el lugar que sea. Con más o menos tiempo era el lugar donde siempre estaba, donde acompañaba y era su lugar preferido, el Mauricio feliz estaba ahí con sus niños, con sus jóvenes, con esa alegría que lo caracterizaba siempre.
Pero no podemos omitir el papel de su lucha contra adicciones, muchas veces las madres desbordadas por el dolor, el cansancio de no encontrar soluciones en instituciones las llevaba a la casa de Mauricio, ese referente, el que los gurises escuchaban y respetaban. Cuántas historias de las buenas y de las otras, pero historias que Mauricio encaró como propias sin pensar en una remuneración o retorno de ningún tipo, técnicamente era operador terapéutico en adicciones, pero para esas madres, para esos jóvenes era casi la salvación, o el oído que encontraban para hablar, para ser escuchados y hasta para reír en algún momento.
Se fue un vecino de Durazno, uno de carne y hueso pero claramente no quedará en el olvido, si bien la dinámica política, el dia a dia lo llevó a no estar en actividad en sus últimos días nada quitará su trabajo, su afecto, su tiempo a los más desprotegidos, a los que muchas veces nadie ayudaba, a los que la gente les decía «drogadictos» y él confiaba en su recuperación, en darle igualdad o mejor vida a personas con discapacidad que muchas veces eran postergados.
Mauricio Hernandez (1971 – 2025)
Q.E.P.D
Apretado abrazo y condolencias a familiares, amigos y allegados.
