LOS DERECHOS HUMANOS

El mundo actual presenta una fantástica tecnificación; los avances en la medicina, los sistemas de comunicación, la conquista del espacio y la robotización.

Por Saúl Moisés Piña

No obstante este panorama de logros materiales, la vida se ha tornado inhumana y alejada de la espiritualidad y fraternidad. En el relacionamiento social donde los intereses políticos tienen prioridad, ha disminuido la empatía del semejante y se ha perdido sensibilidad, lo que ha contribuido a fomentar la sideral hipocresía en el manejo y aplicación de los Derechos Humanos, que son invocados y utilizados en defender espacios en beneficio de determinados grupos, olvidando temas que afectan directamente la calidad de vida de todos los ciudadanos.

El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, más conocida como “Derechos Humanos”. En este tiempo es bueno recordar el artículo 1º de esta Declaración: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y de conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. En este particular mundo de hoy, paradójicamente, la pequeñez y la grandeza se mezclan en el espacio y en el tiempo, con la codicia, la ignorancia, la ambición, la arbitrariedad, la honradez, la sabiduría, la filantropía y la mentira en el ámbito de la convivencia.

Es misión de hoy reafirmar el contenido de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, poniendo énfasis en el respeto a la libertad laboral, la seguridad, la protección jurídica, la imparcialidad de la justicia y la práctica de la actividad política en el marco de la ética y la verdad. Recordar la distinción que implica, que en el texto de la Declaración de 1948, estuvo presente el espíritu artiguista, con la contribución del brillante jurista uruguayo, doctor Justino Giménez de Aréchaga.

Este país ha tenido históricamente vocación de humanidad y espíritu democrático; hoy es tiempo de reflexión, sobre si estamos haciendo buen uso de los Derechos Humanos, respetando también los Humanos Derechos,

Viene de lejos en el Uruguay en su hermoso devenir histórico, el logro del beneficio de políticas sociales, lo que contempla la filosofía con el reconocimiento de esos derechos humanos que debemos mejorar .

Reafirmar y proteger ese patrimonio conservando la identidad oriental, por sobre intereses ideológicos, es un profundo compromiso y honrosa distinción, que determina estar de pie y a la orden de todos los uruguayos, en la observancia de los Derechos Humanos.

En este tiempo es bueno recordar la reflexión de José Ingenieros, que tiene total vigencia: ” Cuando las miserias morales, asolan un país, culpa es de todos los que por falta de cultura y de idealismo, no han sabido amarlo como patria de todos los que vivieron de ella, sin trabajar por ella”.