En un encuentro íntimo y emotivo, el Pequeño Teatro de Durazno fue escenario ayer de un conversatorio en homenaje a Claudio Silveira Silva, artista clave en la memoria cultural del departamento.

El Pequeño Teatro de la ciudad de Durazno abrió sus puertas en la tarde de ayer para un conversatorio dedicado a la memoria de Claudio Silveira Silva, artista que dejó una huella profunda en la vida cultural del departamento. En un clima cercano y afectivo, el público se reunió para escuchar recuerdos, miradas y anécdotas en torno a su obra y a su historia.

Sobre el escenario, una mesa reunió a Disman Anchieri, Carlos Fariello y Héctor Silveira Gorski, hijo del artista. Desde sus distintas miradas, fueron hilando un diálogo que llevó a los presentes a revisitar momentos de la vida y del trabajo de Claudio, recuperando relatos personales, escenas compartidas y gestos cotidianos que lo acercaron nuevamente al presente.

A lo largo del conversatorio se habló de su vínculo con Durazno, de su búsqueda artística y de la manera en que sus obras siguen dialogando con la ciudad: en el museo que lleva su nombre, en los espacios donde se conservan sus piezas y en la memoria de quienes lo conocieron. Más que un acto formal, la instancia se vivió como un agradecimiento colectivo.

La sensación final fue la de un encuentro necesario: una oportunidad para volver a decir su nombre en voz alta, mirar sus obras desde la palabra y confirmar que la figura de Claudio Silveira Silva continúa siendo parte esencial de la identidad cultural de Durazno.