Hoy se cumplen 176 años desde la enigmática muerte de Edgar Allan Poe, figura central de la literatura universal y creador de mundos donde lo oscuro, lo fantástico y lo detectivesco encontraron su forma moderna. Su final, ocurrido en Baltimore el 7 de octubre de 1849, sigue siendo un enigma que alimenta la fascinación en torno a su obra y su vida.
Los días finales
El 3 de octubre de 1849, Poe fue hallado en estado delirante en una calle de Baltimore, vestido con ropas que no eran las suyas. Fue trasladado al Washington College Hospital, donde, tras cuatro días de agonía y frases inconexas, falleció el 7 de octubre a las cinco de la mañana. No hubo acta oficial de defunción ni informes médicos concluyentes, y los detalles de sus últimas horas quedaron envueltos en sombras.
Teorías y especulaciones
Desde entonces, las versiones sobre las causas de su muerte se multiplicaron: alcoholismo, congestión cerebral, cólera, enfermedades infecciosas, sobredosis e incluso conspiraciones políticas. El médico John Moran, quien lo atendió en sus últimos momentos, dejó crónicas contradictorias que aumentaron las dudas en lugar de disiparlas.
La imagen sombría de Poe se consolidó gracias a su rival literario Rufus Griswold, quien firmó un obituario cruel bajo pseudónimo. Esa versión —mezcla de verdad y difamación— contribuyó a forjar la leyenda del escritor maldito, condenado a vagar en el imaginario cultural como un alma atormentada.
El legado que trascendió la muerte
Más allá de los misterios de su final, la obra de Poe permanece como uno de los pilares de la literatura moderna. Fue pionero del relato policial con “Los crímenes de la calle Morgue”, perfeccionó el cuento de terror gótico y dejó piezas inmortales como El cuervo, que aún resuena con fuerza.
Su influencia se extendió pronto a Europa y América Latina: Baudelaire y Mallarmé lo consagraron en Francia; en nuestro continente, Borges, Cortázar y Horacio Quiroga lo leyeron como maestro y lo tradujeron, multiplicando su alcance en lengua española. Hoy, su huella se reconoce tanto en el cine de terror como en el cómic y la cultura popular.
Una vigencia inagotable
Quizás el misterio de Poe no sea solo el de su muerte, sino el de su permanencia. Su obsesión por los abismos del alma humana sigue interpelando en un mundo que no ha dejado de debatirse entre la razón y la oscuridad.
Recordar a Poe cada 7 de octubre es volver a escuchar su voz, esa que escribió alguna vez: “Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño”. Una frase que hoy, como en 1849, nos invita a seguir cruzando las fronteras de lo real y lo imaginario.
