Alejandra Pizarnik, la voz más intensa de la poesía argentina

A medio siglo de su muerte, la obra de Alejandra Pizarnik sigue interpelando a los lectores con una fuerza intacta. Nacida en Buenos Aires en 1936, fue autora de una poesía marcada por el silencio, la soledad y la búsqueda de lo inefable.

En libros como Árbol de Diana (1962) o El infierno musical (1971), la poeta construyó un universo donde la palabra roza lo imposible, siempre con una intensidad estremecedora. Su escritura breve y punzante la convirtió en una de las voces más singulares de la literatura latinoamericana del siglo XX.

“Quiero escribir el viento de mi voz”, dejó dicho en uno de sus diarios. Una frase que resume la pulsión vital de quien, con apenas 36 años, dejó una obra que aún hoy respira con una fuerza inquebrantable.