Biodanza es una propuesta que lleva varios años de realización en nuestra ciudad, con una facilitadora que llega desde fuera del departamento pero que ha logrado congregar a un número importante de duraznenses, con excelentes resultados.
Gabriela Alvarez nacida en Paso de los Toros actualmente radica en Solymar, es facilitadora y didacta de biodanza, encargada del grupo que funciona en nuestra ciudad y que el 28 de marzo estará reiniciando actividades, abierto a que todos los interesados puedan sumarse.
“Como facilitadora me formé en la Escuela de Biodanza de Solymar en el sistema Rolando Toro donde allí hoy formo parte del equipo docente y también acompaño a la co-dirección. Como facilitadora tengo una trayectoria de trabajo desde hace doce años en forma ininterrumpida, en grupos regulares, también en talleres en diversas ciudades como Canelones, Durazno, Tacuarembó, Paso de los Toros, Nueva Palmira y Montevideo” dijo.
“Actualmente estoy trabajando en Montevideo, en Canelones y comenzando nuevamente Durazno en próximos días. He tenido experiencias en facilitar equipos interdisciplinarios en instituciones públicas con esta metodología como en Plan CAIF, escuelas públicas, privadas, además hice varias formaciones que nosotros les llamamos postgrados de aplicación y extensión en biodanza aplicadas, entre ellas para niños y adolescentes, identidad con los cuatro elementos, masajes, proyecto Minotauro, biodanza acuática, biodanza y los arquetipos del tarot. Como didacta he tenido experiencias de trabajos en distintas escuelas fuera del país, Argentina, Colombia, entre otras” agregó.
Origen
La biodanza tiene una escuela general que surge a través de Rolando Toro Araneda, creador del sistema que hoy circula a nivel mundial.“La biodanza nace a través de Rolando Toro Araneda, quien creó esta disciplina o sistema humano, que se puede definir de muchas formas y desde diferentes puntos de vista. Es un sistema de integración humana que acelera procesos integrativos a nivel celular, metabólico, neuroendócrino, inmunológico y existencial, se realiza en ambientes enriquecidos, íntimos, sobre todo para acompañar un proceso grupal. También es estimulado este ambiente por la música, a través del movimiento que nosotros le llamamos danza en un sentido profundo, un movimiento pleno de sentidos, estimulado por el encuentro humano, el encuentro grupal, que despierta vivencias de transofrmación” dijo.
“Biodanza es un sistema de integración, de renovacion orgánica, de reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones que generaron la vida. Induce vivencias que integren al ser humano, desde lo que siento, lo que pienso y lo que hago. Usamos la música, el movimiento y todas las situaciones de vínculo y de encuentro grupal, los beneficios son infinitos, previene y disminuye el estrés, ayuda a superar todas las represiones, estimula la conección con la vida, la energía vital, favorece la autoestima, la identidad, cultiva la afectividad y las relaciones humanas, desarrolla habilidades para vivir, provoca una alta motivación para el cambio. También nos invita a la construcción de etilos de vida mas saludables” subrayó refiriéndose a los beneficios del sistema.
En clase
Una sesión de biodanza puede extenderse hasta dos horas, consta de varias etapas, en las que el vínculo grupal es fundamental.“Una clase de biodanza o sesión tiene una primera parte con una presentación de la temática a desarrollar, luego los participantes en modalidad libre pueden ir compartiendo su nombre, y cuando va transcurriendo el proceso de sesión a sesión pueden compartir como van logrando ciertos cambios. Luego se desarrolla la parte vivencial que consta de ejercicios especificos, rondas, ejercicios en grupo, individuales, de a dos, de a tres, hasta que se va culminando en una gran ronda de cierre para celebrar el encuentro y despedirnos” contó Gabriela.“La sesión dura entre una hora y media a dos horas, con muchas experiencias y vivencias intensas” dijo.
En Durazno
El martes 28 de marzo comienza Biodanza en Durazno a las 19 horas en el local de AEBU.“La actividad se inicia en forma puntual y se cierra a las 21 horas. No se necesita ninguna experiencia previa para integrarse, es para todas las personas adultas que tengan ganas de disfrutar, de tener un grupo de pertenencia, de establecer una conexión con estilos de vida mas saludables. Para inegrar el grupo se necesista previa inscripción al celular porque hay cupos limitados por el espacio, ya que será en uno de los salones de AEBU” contó.
Beneficios
A nivel existencial: la biodanza ayuda a mejorar la calidad de vida, logrando una transformación profunda y duradera de las actitudes que provienen de nuestro interior. Al practicar esta danza de manera regular y continuada, nos genera un sentimiento de bienestar en todos los aspectos de nuestra vida. Además, desarrolla los momentos de creatividad, motivación y entusiasmo. A nivel corporal: la biodanza nos ayuda a mejorar la flexibilidad, el movimiento, la coordinación, el ritmo y fluidez, estimulando la vitalidad y la salud física. Poco a poco nos ayuda a bajar las tensiones y el estrés y los dolores que podamos tener. A nivel fisiológico: nos permite restablecer el equilibrio psicofísico, logrando reducir el estrés y las tensiones del cuerpo, además, fortalece nuestro sistema inmunológico. A nivel filosófico: al practicar continuamente la biodanza podemos mejorar nuestra conexión con la sensibilidad y la expresión de lo esencial, nos conecta con el Universo y desarrolla sentimientos de unidad con lo que nos rodea, con la poética de la palabra y del movimiento. A nivel psicológico: esta danza nos brinda la armonía que necesitamos, aumentando nuestro equilibrio psicológico y emocional. Lo que hace es integrar nuestros pensamientos del día a día con nuestros sentimientos y lo que hacemos en el aquí y ahora. Además, nos ayuda a pasar de la mejor manera los momentos de tensión por los que estemos atravesando, bajando el exceso de pensamientos que no nos ayudan y manteniéndonos en el plano de comprender lo que sentimos. La biodanza nos ayuda también a expresar nuestras emociones y nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos y con los demás. Fortalece nuestra identidad y mejora la autoestima.