“Las vacunas funcionan, las vacunas salvan vidas” la voz de Zoraida Vela en Rotary

Zoraida Vela, venezolana, radicada en nuestro país desde hace 35 años, tiene dos yernos, una nuera y tres nietos uruguayos. Se siente más uruguaya que muchos uruguayos. Para Zoraida y su esposo, Ricardo Trujillo, Uruguay es un paraíso. Son los padres de Darío, Carolina y Andrea y abuelos de Isabella, Antonella y Valentín.

por Anabela Prieto Zarza

Sus padres fueron unos seres humanos maravillosos que fallecieron muy jóvenes, lo cual motivó que Zoraida y sus hermanos —ella es la menor— salieran de su país a buscar nuevos horizontes lejos de su patria, porque ya se comenzaba a vislumbrar lo que pasaría después.

Se caracteriza por haber hecho todo muy joven: fue bachiller, bacterióloga y laboratorista de profesión, esposa y madre, todo a temprana edad. Sus hijos son bastante seguidos, por lo que, como dice riendo, pasó tres años embarazada. Entonces, de común acuerdo con Ricardo, eligió la profesión de la maternidad: “No fui una madre cualquiera, me preparé para ser madre. No fue para quedarme en casa, fue para ser madre”. Ahora que sus hijos son adultos, reconoce que ninguna otra profesión le hubiera dado tanta felicidad ni plenitud como mujer.

Están por cumplir las bodas de oro y pueden decir de verdad que están felizmente casados. Para ellos, la familia siempre fue lo más importante. Ricardo se encargó de que sus hijos valoraran en su justa medida la elección de vida de Zoraida: en épocas en que muchas mujeres salían a trabajar, ellos tuvieron a su madre completamente dedicada a su crianza y educación. Ricardo participó activamente en todo el proceso. Hoy tienen un vínculo muy lindo con sus hijos.

Cuando recién llegaron a Uruguay, Ricardo ingresó a Rotary en El Pinar. Zoraida lo acompañaba como esposa, pero nunca se integró a la Rueda, pues entendía que ese era el espacio de Ricardo. Ese Club cerró y, unos años después, Ricardo se unió a otra Rueda en la que le toca ser Presidente. El Gobernador del Distrito, Fernando Cairo, convocó a las esposas de los presidentes a realizar una capacitación específica para ellas.

Sentada allí, Zoraida se enamoró de Rotary: “Me gusta ayudar, hacer amigos, trabajar en equipo, el liderazgo… me gusta Rotary”. Allí mismo convenció a otras dos esposas, y las tres ingresaron juntas a Rotary.

Los hijos ya eran universitarios y se alegraron muchísimo de esa decisión: Zoraida tendría una actividad donde volcar sus capacidades, ocupar su tiempo y desarrollar acciones en beneficio de la comunidad, lo cual es parte de su esencia. Rotary vino a conjugar los intereses del matrimonio: ayudar a otros. Los hijos y los nietos valoran mucho lo que Zoraida y Ricardo hacen en Rotary, así como la acción de Rotary, al punto tal que la hija mayor ingresará en la organización en estos días.

Antes de entrar a Rotary, Zoraida con unas amigas había comenzado un emprendimiento que era su hobby: la alta costura. Más adelante, comenzó a trabajar en el bienestar integral de las personas al ingresar a Forever Living, donde actualmente es Gerente.

Cree que en Rotary y en Forever se hace lo mismo: ayudar a otros, buscar el bienestar de los demás, promover que cada integrante saque su mejor versión. Los objetivos son los mismos.

Cuando Zoraida ingresó a la Rueda Rotaria, tenía como compañeros a un matrimonio de odontólogos (que eran amigos de Ricardo) y a una médica. Todos vinculados a la salud, se pusieron a trabajar desde el Club para visibilizar el trabajo realizado por Rotary para erradicar la Polio. Aós después Coco Nocetti invita a Zoraida para Presidir el Subcomité de Polio Plus.

Ese fue un antes y un después para Zoraida. Todos los rotarios reconocen que donde está ella, está la campaña de la Polio. Ha desarrollado un trabajo fantástico, dando a conocer la causa y logrando cada vez más colaboración, tanto de los propios rotarios como de particulares. Porque no se trata solo de polio: se

trata de promover la vacunación. En 2019, la pandemia demostró que las enfermedades están a un vuelo de distancia, por lo tanto, cualquier enfermedad puede pasar de un continente a otro en cuestión de horas.

Todos los rotarios del mundo han hecho un trabajo maravilloso. Cuando se sospecha de un caso de polio, no solo se identifica y trata: también se recorre la zona puerta a puerta, llevando no solo vacunas contra la polio, sino también todas las necesarias, además de medicamentos y alimentos. Se lucha contra la malaria y contra otras enfermedades que azotan distintas partes del mundo. El entramado que se ha conformado, junto con otras organizaciones a nivel mundial, es impresionante. Y eso es lo que se debe seguir fortaleciendo, porque, como se dijo, es un tema de todos.

El desafío actual es eliminar la polio en los dos únicos países donde aún existe: Afganistán y Pakistán. Cuando Rotary inició la campaña contra la polio hace 40 años, había mil casos por día en el mundo. Los más jóvenes quizá no lo sepan, pero se trata de una enfermedad que afecta el sistema nervioso de los niños, provoca la muerte o deja secuelas importantes en el desarrollo motriz, causando invalidez. Para que la polio sea erradicada es necesario mejorar el porcentaje de vacunación en todo el mundo. La concientización es clave: no hay polio porque la gente se ha vacunado. Por eso, el objetivo de Rotary es seguir promoviendo el valor y la importancia de la vacunación.

Uruguay tiene un sistema de salud y vacunación muy fuerte y de calidad: todas las vacunas llegan a todos, sin importar el lugar geográfico donde el ciudadano se encuentre, y sin costos. A veces no nos damos cuenta ni valoramos la importancia de nuestra realidad.

El Subcomité de Polio Plus de Uruguay, conjuntamente con los Subcomités de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay y Perú trabajan en el tema en la Región. Chile y Uruguay tienen el mejor porcentaje de vacunación, mientras que otros, con una geografía diferente, tienen regiones en las que apenas se alcanzan el 60 %. A esos lugares viajamos, hacemos turismo y recibimos a su gente. Por eso debemos seguir promoviendo la vacunación en el mundo.

El lema de Zoraida es claro: “Las vacunas funcionan, las vacunas salvan vidas”.

En su tiempo libre es amante de caminar —lo hace diariamente—. Antes jugaba al pádel; le gustan el pádel y el tenis. Le encanta estudiar: es coach nutricional, realizó un curso de doctorado en familia y todo lo que tenga que ver con crecimiento personal le apasiona.

En Rotary desarrolla también actividades en otras áreas: participa en la mesa de trabajo de mujeres privadas de libertad, liderada por la Cátedra de Derecho de la Facultad de Derecho de la UDELAR e integrada por diferentes organizaciones de la sociedad civil. Integra también el Comité de Salud Mental del Distrito, otro tema que le interesa porque hay mucho por hacer. Agradece a sus padres que, quizá sin saberlo, la formaron en inteligencia emocional y en la conexión con los sentimientos, en una época en que esos temas no se abordaban.

Además, junto a Ricardo forman parte de una organización de cuidados paliativos que ayuda a pacientes, preferentemente del Hospital Maciel, un modelo que se está replicando en distintas partes del país.

Zoraida cree que la vida le ha permitido disfrutar de todo lo que ha hecho. Su anhelo es continuar llevando luz a donde vaya, transmitir mensajes positivos y lograr que las personas saquen su mejor versión. Lo que hace lo hace porque le encanta, y por eso se siente plenamente satisfecha.

Su consejo es sencillo y profundo: “Conecta lo que haces con el corazón, de esa forma te vas a enamorar, te vas a sentir plena y realizada”.