EL DRAMA DEL EXODO CAMPESINO

A finales de la década de los años 70 del siglo XX había finalizado uno de los períodos más dilatados de la historia humana, iniciado con la aparición de la agricultura durante el Paleolítico.

Por Saúl Moisés Piña

Por primera vez de hace ocho milenios, la mayor parte de la población del mundo no sólo había dejado de sustentarse practicando la agricultura y la ganadería, sino que habitaba mayormente en ciudades. Este fenómeno del éxodo masivo del campo hacia la ciudad, forzaría uno de los cambios culturales y económicos más decisivos de la humanidad y daría origen a la actual configuración de nuestro sistema social y económico. Uruguay no ha sido ajeno a este proceso y en los censos realizados queda en evidencia, la alarmante reducción de la familia rural, que actualmente solo oscila en el 4% de la población total del país. Está comprobado que el crecimiento de los establecimientos rurales inició su descenso en el año 1952. Este decaimiento de la población rural, coincide con la drástica reducción experimentada por el sector de explotaciones de tipo familiar, pero también como efecto de la evolución del cambio tecnológico en el agro, que produjo una disminución notoria en la demanda de mano de obra en tareas agropecuarias. Esta baja de explotaciones de tipo familiar, pasa a engrosar las ciudades y se tornan consumidoras, dejando de ser productoras, generando varios problemas sociales y planteando nuevos servicios, que deben ofrecer los gobiernos departamentales.

El éxodo de la campaña hacia los centros poblados, motiva problemas en las escuelas rurales, una institución que además de generar educación, es un centro cívico y cultural y de referencia para los vecinos. En el año 1917, por acertada iniciativa de José Pedro Varela, se crearon las escuelas rurales en todo el país, lo que generó un adelanto muy importante en el sistema educativo del país, que en su momento fue un ejemplo a nivel mundial.

En estos días mucho nos preocupa el cierre de la escuela rural Nº 80 en la zona de “Paso de Herrera”, la que en su momento tenía 11 alumnos, pero que en el presente año solo había uno. Sus padres trabajaban en un establecimiento rural de la zona, y se trasladaron a otro lugar; como resultado las autoridades de Primaria resolvieron el cierre de la escuela.

La rica historia de este edificio, justifica que siga funcionando con algún servicio de beneficio social para los vecinos.

También la Escuela N· 70 en la zona de “San Jorge” cerrará sus actividades por la falta de alumnos.

El tema del éxodo rural es mundial y no de fácil solución; según señalan analistas del tema, habría que instrumentar planes para aportar a las familias campesinas, mayores servicios culturales, de salud, asistencia social; facilidades de comercialización para los pequeños productores. De todos modos, hay que reconocer que el fenómeno de urbanización de la sociedad, tiene una estrecha vinculación al desarrollo tecnológico, que bajó de forma notoria la mano de obra en el sector del agro y además, a una planificación económica avasallante que ignora la identidad y el especial amor por la tierra, de familias auténticamente progresistas que practican la tarea tradicional, sin desmedro de la cantidad y en búsqueda de la diversificación .