Dice la historia que fue Hernandarias quien introdujo la ganadería en el Uruguay, iniciando un proceso que genera un valioso tesoro, que resulta fundamental para la mejor riqueza del país.
Por Saúl Moisés Piña
Este milagro que se llama actividad agropecuaria, tiene varios componentes que es bueno recordar: tierras de elevado valor productivo, aguadas en abundancia y pasturas naturales excepcionales; pero hay un factor que tiene vital importancia: la capacidad de trabajo y compromiso del hombre de campo.
Comprobado está que la capacidad de Uruguay para producir bienes es cuantiosa y Durazno tiene las características ideales, como escenario para la producción del agro, lo que ha quedado confirmado en la historia, por los valiosos lauros obtenidos en exposiciones de elevado nivel, no solo en este país sino también en el exterior. Este fenómeno que se logra por las condiciones del escenario de producción, tiene el complemento básico, sin el cual sería imposible haber contratado estas distinciones: la aptitud y el compromiso de trabajo de la familia campesina, que pese a todo aún sigue residiendo en la campaña, promoviendo desarrollo real, generando mano de obra ,incorporando nuevas tecnologías, demostrando ingenio y compromiso con las nobles causas, que apuntan al mejoramiento de la calidad de vida ,aprovechando la única herramienta que existe para eso: el trabajo. Son uruguayos que no hacen paros, no tienen aire acondicionado en su escenario laboral, y en el caso de los tamberos corren el riesgo de tener que tirar la producción, frente a las injustas medidas gremiales de quienes realizan su actividad en condiciones mucho más cómodas de aquellos que tienen que ordeñar dos veces por día, sin interrupciones.
Hoy la industria lechera enfrenta una situación que merece especial atención del Gobierno, por el número de empleados que tiene el sector.
Es evidente que el trabajo en el medio rural, implica una acción de amor y de entrega muy especial, enfrentando el clima que es decreto del “Patrón del Cielo”, de los mercados y de los vaivenes de los sindicatitos;
pero siempre sin pausas aportando trabajo en el mejoramiento de la calidad de vida del proyecto de desarrollo que el país reclama.
En estos días trascendieron muy buenas noticias relacionadas con la producción de cultivos de maíz y soya, donde se registraron índices excepcionales de calidad y rendimiento, lo que abre un futuro cierto en la fe y el riesgo de quienes invierten en la actividad agropecuaria.
Nuestro reconocimiento a los productores, que aún residen en el medio rural, que siempre ha sido escuela de ciudadanos solidarios y responsables, mirando firmes y confiados en un mejor porvenir, manteniendo viva la esperanza de un tiempo más justo ,con menos discursos y mayores acciones , que sean un positivo legado para las nuevas generaciones.
