Murió José “Pepe” Mujica, a los 89 años El expresidente que eligió vivir con sencillez

El país despide a uno de sus líderes más queridos. Su legado trasciende partidos y fronteras: un ejemplo de vida sencilla, compromiso social y convicciones inquebrantables.

Fotografía de tapa: José Mujica en la UTEC, año 2017. Fotografía de Víctor Rodríguez.

El expresidente José “Pepe” Mujica falleció este Martes a los 89 años, dejando una huella profunda en la historia del Uruguay y en la memoria colectiva de su gente. Su muerte marca el cierre de una etapa que lo tuvo como protagonista de algunas de las transformaciones más significativas del país.

Mujica fue un referente ineludible de la izquierda latinoamericana, admirado tanto por su trayectoria política como por su estilo de vida austero, alejado de los privilegios del poder. Militante del Movimiento de Liberación Nacional en su juventud, sufrió prisión durante la dictadura y luego, ya en democracia, fue electo diputado, senador, ministro de Ganadería, y finalmente presidente de la República entre 2010 y 2015.

Durante su mandato promovió políticas progresistas, como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis, y fue reconocido a nivel internacional por su discurso en favor de la justicia social, la igualdad y la defensa del medioambiente.

Más allá de la política, Mujica se convirtió en una figura mundial por su estilo de vida humilde, su casa en Rincón del Cerro, su Volkswagen Fusca, y su forma directa de comunicarse con la gente. Fue entrevistado por medios internacionales, homenajeado en universidades y citado por líderes de todo el mundo.

Su compañera de vida y de militancia, Lucía Topolansky, lo acompañó hasta el final. Las muestras de afecto se multiplicaron en las redes sociales, y se espera una despedida popular multitudinaria.

Pepe Mujica deja un legado de lucha, coherencia y sensibilidad. Un símbolo de un país que, con su muerte, despide no solo a un expresidente, sino a una parte esencial de su identidad reciente.