«A una mujer humilde económicamente, pero millonaria, rica de corazón, que dio todo por lo demás, le brindamos este homenaje. Gracias María, gracias por legarnos lo que nos legó. A sus hijos, felicitarlos por la madre que tuvieron, por los valores que tuvieron, que recibieron de ella y que mantienen hoy, en estos nuestros tiempos, para transmitir a las nuevas generaciones“.
Las palabras, emotivas, con sentimiento arraigado desde su niñez, corresponden al Intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, en la ceremonia de homenaje póstumo tributado a la recordada señora, María de los Santos, «China», mediante una placa colocada en la fachada del CIB La Guayreña, palabras e interpretaciones musicales.
«Hoy no es un día triste. En esta placita arrancó trabajando mi madre, fue su primer laburo, este señor que está acá (por el Intendente Vidalín), hizo de padre, junto con mi madre, si no fuera por este señor, nosotros no sabríamos por donde andaríamos ahora y las cosas, como me dijo mi ‘vieja’ antes de partir, ‘mijo’ usted que es el más chico y anda en esas cosas que a usted le gusta, la prensa y eso, agradezcalo siempre, y estoy agradecido, no por mí, sino por toda mi familia, mis hermanos, los nietos, bisnietos», manifestó en breves palabras, Marcelo Díaz, uno de los hijos de «China».
«Este es un reconocimiento público a esta mujer maravillosa que hizo tantas cosas por nosotros y por Durazno“, dijo el jefe comunal duraznense, que saludó la presencia de familiares, vecinos, medios de comunicación, público en general y autoridades.
«Saludar a su familia, a sus hijos hoy presentes, saludar, agradecer al Diputado (Domingo) Rielli, por su tarjeta; la presencia de la Diputada Magela Rinaldi, la presencia de los señores ediles que hoy nos acompañan y que fueron los que votaron nuestra propuesta para que este lugar se haga un homenaje en su nombre. Sin el voto de los señores ediles, esto no hubiera sido posible; saludando también a los medios de prensa, integrantes del grupo de Adultos Mayores Plamaguay, a los vecinos todos“, comentó al inicio de la oratoria.
Agregó que para la jornada de homenaje «podríamos haber traído una orquesta y meterle a la cumbia. Hoy van a estar los amores de María, que son los que la van a representar hoy en lo que es ella en su faz artística, social, con la mano extendida».
El Intendente, dijo que conocía desde hace mucho tiempo a María de los Santos «la conocí siendo muy joven. La conocí de niño, cuando visitaba el comercio de mi padre aquí en Pérez Castellanos, en la época de las iglesias, en aquella época de confianza, donde vendía medio kilo de yerba, 200 gramos de azúcar y en aquellos papeles de astraza, que a veces venía entreverado con aceite“.
«En aquella época conocí a María y desde aquella época supe del sacrificio y del esfuerzo con el que crió a sus hijos. En aquella época todavía estaba con su esposo a quien también conocí en su bicicleta. Pero después le tocó quedar sola y ser a la vez madre y padre ejemplar. Vivía pendiente de ellos, hasta el último día de su vida vivía pendiente de su familia. Pero María no se conformó con eso. En este barrio cuando hablamos de Plamaguay, yo tendría que evocar un montón de otras figuras importantes, hay una que veo por ahí todavía indestructible e intacta y otras que ya no están, que hicieron posible la transformación y el cambio de este barrio. Porque capaz que estos ‘chiquilines’ de amarillo (por los integrantes del grupo de adultos mayores Plamaguay), tienen mucho más memoria que los jóvenes, lo que ha sido la transformación y el cambio del barrio, y María fue de esos elementos que con perfil muy bajo ayudó muchísimo a la sociedad que todos nosotros integramos“.
Recordó que anteriormente a la zona se le denominada «barrio El Chorizo», y agregó que «después sobre la base del trabajo de una monja solidaria, que también partió para el cielo, que fue la Hermana Guadalupe con quien trabajaron ‘codo a codo’; con el tiempo dejamos la costumbre de hablar del barrio ‘el chorizo’, y ese barrio ‘el chorizo’, que para los más ‘viejitos’, para uno de sus hijos; hoy es mayor, era el pasaje que se llamaba Camino de las Tropas; cruzaban por ahí por el «Paso del Durazno», iban por el medio del barrio ‘el chorizo’, continuaban por lo que hoy es el barrio, que era también un camino de tierra que conducía a la estación (de Afe), donde los vagones de carga de ganado luego los llevaban a los frigoríficos que no existían acá y que estaban allá por Montevideo. Y María se formó y se crió en ese barrio, con muchos de los que hoy nos están acompañando. Me gustaría ver mucha más gente del barrio, de ese barrio, valorando y recordándola».
Dijo que la mujer que se recordó «trabajó muchísimo en el Merendero, conjuntamente con otra serie de vecinas y vecinos del barrio»
«María trabajó para que la ‚bombonera‘ (el estadio de fútbol infantil del Club Villa Guadalupe), fuera una realidad».
Vidalín, remarcó el protagonismo que le cupo a la homenajeada en dos temas trascendentes.
«En la tarea de concretar los títulos de propiedad de las casas construidas bajo el sistema PIAI, «para que la familia se sienta segura de tener su propiedad. María fue la que trabajó como capitana, y también en el saneamiento para la zona, diciendo que ahora «la mayoría de las viviendas tiene saneamiento, y quién fue responsable de eso?; María, que siempre andaba a la vuelta tratando de lograr las mejoras para el barrio».
—Asi la despedíamos en Página Cero
María Delma de los Santos, nació el 19 de Mayo de 1939
El 16 de septiembre de 2023 escribimos estas líneas, que hoy compartimos nuevamente.
«Solidaridad, lucha, empatía, dedicación, cuantos adjetivos podrían atribuirse como para ejemplarizar a ese Ser de estatura pequeña, de corazón enorme y grandeza de espíritu, que fue en la vida terrenal y lo será de manera perenne en el recuerdo, María de los Santos o simplemente “China”.
Emblemática luchadora y defensora de sus raíces y de su gente; de uno de los barrios más populosos de la ciudad: Villa Guadalupe.
Con María, se fue una parte de la vida justa y ejemplar que todos anhelamos y que muchas veces no logramos alcanzar, porque su accionar fue toda la vida alejado del materialismo, del egocentrismo y de las dádivas que muchas veces quisieron alcanzar en su mano y que nunca jamás aceptó si era para ella.
Fue una mujer que pidió, que no tuvo empacho en pararse frente a la autoridad, con tal de que su barrio fuera escuchado y vaya si lo logró en más de una ocasión.
Cuando realizaba gestiones por alguna solicitud y la respuesta no era la esperada, lejos de enojarse o de despotricar, tenía siempre la misma postura; la de saber esperar y hacer entender que en el pedido, había una necesidad que justificaba su planteo.
En el deporte, la veíamos siempre con su andar lento, de mirada atenta, servicial y rostro alegre, pese a las vicisitudes de la vida que como a toda persona, le habrá pasado cuando la situación socioeconómica apremia.
Pero “China” siempre estaba en cada cancha, acompañando a sus hijos y nietos, luciendo siempre, con indisimulado orgullo, la camiseta del barrio, la del Club Villa Guadalupe.
Fue además una de las mentoras y con sus manos, forjadora, junto a allegados del barrio como su propia familia; José Santana, Julio Toledo, los Báez y otros, del sueño del estadio de fútbol infantil propio, levantado desde la base de una cantera en el corazón del barrio
