Desde hace unas semanas los Cib se han visto engalanados con los talleres que brinda Inés Oyarzábal, donde los participantes pueden aprender costura para elaborar sus prendas de vestir o incluso, a futuro, para tener una salida laboral en una profesión que les guste.
“Los participantes son de todas las edades, hay desde niños a adultos, me he encontrado con muy buenas sorpresas porque desde el primer día quienes están yendo a los talleres se interesan mucho por la actividad, han aprendido a realizar las primeras confecciones y lo han hecho con muy buenos resultados, prendas de buena calidad” contó Inés.
“Me enteré que la persona que daba los cursos de costura se había jubilado, no tenían a nadie y no se sabía si iban a poder continuar. Estaban empezando otros y de costura no había nada previsto porque no tenían docente, junté todos mis diplomas, escribí una carta de postulación y la llevé a la Intendencia, le hice un seguimiento, llamando a ver que pasaba para que llegara a alguna oficina donde me dieran alguna respuesta. Esto comenzó en el mes de febrero y en mayo tuve la respuesta de que se había aprobado mi postulación y fui contratada por la Fundación A Ganar que es quien maneja y sostiene los talleres que se dictan en los Centros de Integración Barrial” contó al presentar la propuesta que desarrolla en los centros de integración de la ciudad.
“El 21 de mayo comencé con los talleres, con un poco de incertidumbre, si bien había dado clases siempre habían sido mano a mano, no en grupo, algo que me ponía nerviosa a pesar de saber que tenía los conocimientos a quienes fueran a los cursos. Comencé en el CIB de Varona, Higuera y Vista Linda, estoy dando clases de lunes a jueves y me ha resultado una experiencia re buena. Para las personas es gratis, está buenísimo que puedan ir y aprender sin pagar la clase, hubo disposición de la Intendencia para apoyar las clases, porque en el CIB del Varona había máquinas de coser y en los otros no, hasta que finalmente después que llevamos las que teníamos, solicitamos máquinas, alargues, todo lo básico para arrancar, hubo respuesta, se consiguieron máquinas nuevas y esto motivó a las chiquilinas a seguir yendo, porque no todas tenían la posibilidad de comprar” agregó.
Luego de algunas clases, los avances comenzaron a verse con las diferentes prendas que lograron realizar.
“A esta altura lo bueno es que muchas se han entusiasmado y se animaron a comprarse la máquina propia, a pesar de que habían empezado sin ningún conocimiento. A las cuatro o cinco clases de haber comenzado, algunas ya estaban haciendo algunos arreglos, cosiendo alguna cosa, muchas de ellas son amas de casa y con niños a cargo, pudieron ganar algún dinero y eso me llenó de alegría, porque yo también estuve en esa misma situación, de estar solo cuidando a mi hijo sin generar dinero para la casa, eso te da una gran satisfacción” contó.
“Tengo alumnos de los más variados, desde personas de 72 años hasta una alumna que fue a acompañar a su madre, tiene 9 años, y terminó cosiendo como todas las demás. Ella ya cosía pero a mano y ahora está imparable” dijo.
“En general las clases son abiertas, no hay un programa estipulado. Cada una lleva la idea de lo que quiere, algunas arrancan con arreglos, otras con accesorios, otras con prendas desde cero, aprenden a hacer moldes de una manera alternativa que es con un aprenda base y a partir de eso la llevamos a lo que ellas quieren” dijo.
Además de todo esto, Inés es la creadora de Agnes bajo el lema “diseño de autor”, una iniciativa que a lo largo de los años ha desarrollado moda y tendencia en varias áreas. También se ha convertido en docente de costura y diseño en los centros de integración barriales de la ciudad, donde lleva sus conocimientos y su amor por la creación de prendas de vestir. La costura fue su vocación y fue por ella a estudiar a Montevideo.
“A los 19 años me fui a Montevideo a estudiar costura, diseño y confección, fue un curso de 3 años en la UTU de Palermo y después de eso empecé a trabajar en diferentes tiendas, haciendo arreglos, después hice vestidos de novia, de fiesta, también trabajé confeccionando uniformes y ahí fue donde aprendí mucho más a confeccionar, estuve trabajando con mujeres que habían cosido toda la vida y me enseñaron un montón, fueron experiencias de crecimiento y aprendizaje” agregó.
Agnes surge luego de su formación y finalmente la trajo a Durazno, su ciudad natal.
“Cuando me encontré en un momento que trabajando no llegaba a fin de mes busqué otra manera de ganar dinero y ahí empecé con mi emprendimiento de Agnes. Empecé a ir a feria de diseño, también comencé a hacer accesorios, collares, caravanas, cintos y por supuesto ropa. Durante muchos años fui a la feria en Villa Biarritz y Parque Rodó, a todas las ferias de diseño y empecé a buscar locales donde dejar mercadería y conseguí unos cuantos lugares donde entregar mis diseños Fue cuando dejé mi trabajo formal para dedicarme 100% al emprendimiento y estuve años años trabajando en ferias de diseño, cada feria que surgía de diseño en diferentes lugares me anotaba. Fue creciendo Agnes hasta que me decidí por abrir un local y decidí que fuera en Durazno, lo que concreté en el año 2016” contó.
“Actualmente desde 2021 estoy en el Paseo de los Artesanos, me dedico a hacer ropa casual, todo tipo de ropa, vestidos, polleras, pantalones, camisas, blusas, también hago mallas cada verano y colecciones de temporada, atendiendo a que sean para sentirse cómodas y verse bien, que es el centro de todas las prendas que diseño, la comodidad, el bienestar y la belleza” agregó.