En el año 2016, se creó en Montevideo el movimiento juvenil “Pulseras azules” con el objetivo de prevenir y eliminar el bullying en las comunidades educativas de Uruguay.
Este movimiento surgió como respuesta a la creciente preocupación por los efectos negativos del acoso escolar en la salud mental y el bienestar de los estudiantes. La iniciativa busca fomentar un ambiente de respeto, inclusión y apoyo mutuo entre los jóvenes, promoviendo valores como la empatía, la tolerancia y la solidaridad.
Son un grupo de jóvenes, algunos víctimas de bullying se unió en una organización para poder detectar, orientar y ayudar a quienes sufran ese acoso y poder orientarlos en como resolver la situación. Son 7 miembros los que formaron el grupo denominado “pulseras azules”, entre liceales y universitarios. Abordan las maneras de prevenir y detectar a personas que sufren bullying, además de buscar una posible ayuda para poder salir de la situación de acoso. Para los especialistas en bullying en Uruguay falta legislación sobre el tema, y los números de la última encuesta alertan sobre el registro de cifras altas y falta de políticas de prevención.
Desde el Movimiento dijeron que al hacer referencia al crecimiento del bullying en los centros educativos, la intención es involucrar a la juventud y adolescencia sobre el acoso escolar en las comunidades educativas, en lo que tiene que ver a la educación formal, no curricular, clubes deportivos, instituciones barriales, grupos de Boy Scouts. Todo lo relacionado a lo educativo.
Si bien en algunos grupos puede no darse acoso escolar, sí se pueden estar dando en las comunidades educativas, entonces se busca la forma de tener herramientas para prevenir. El movimiento “Pulseras Azules” se distingue por su enfoque proactivo, organizando diversas actividades y campañas de sensibilización en colegios y liceos de todo el país. Estas actividades incluyen talleres educativos, charlas informativas, y dinámicas grupales que tienen como objetivo concienciar a los estudiantes sobre la importancia de erradicar el bullying y construir una cultura de paz y convivencia armónica.
Fue así que este grupo llegó a Durazno y aterrizó en la Escuela Técnica N° 2 ubicada en Sandú, donde dieron una charla concientizadora y movilizadora sobre el tema, con el apoyo de la Oficina de la Juventud de la Intendencia y el INJU.
Si bien el grupo “Pulseras Azules” tiene su base en Montevideo y el área metropolitana, también ha extendido su alcance al interior del país. Sin embargo, esta expansión depende en gran medida del interés y la iniciativa de las instituciones departamentales para convocarlos, ellos no pueden intervenir directamente en situaciones de acoso, pero en sus años de funcionamiento, han acumulado una valiosa experiencia asesorando a padres y familiares de estudiantes que han sufrido algún tipo de violencia.
Existe una notable falta de información sobre los procedimientos a seguir en casos de bullying, lo que lleva a que muchas familias busquen orientación en “Pulseras azules”. El movimiento ofrece sugerencias sobre las mejores acciones a tomar, aunque su capacidad de intervención directa es limitada. A través de su asesoramiento, ayudan a las familias a navegar el complejo proceso de abordar el acoso escolar y encontrar los recursos adecuados para apoyar a las víctimas.
La importancia del acompañamiento a la víctima por parte de familiares e integrantes del entorno educativo es fundamental, muchas veces el niño afectado piensa que lo que está sucediendo es culpa suya, y que generó algo en ese amiente para que sus compañeros los molesten. “Pulseras azules” está integrado básicamente por jóvenes y su tarea es la prevención en las comunidades educativas.