Alejandra está cursando una formación internacional en musicoterapia, una novedosa forma de uso de la música para producir cambios positivos en el ánimo y el bienestar general.
La musicoterapia consiste en usar las respuestas y conexiones de una persona con la música para estimular cambios positivos en el estado de ánimo y el bienestar general. La terapia musical puede incluir crear música con instrumentos de todo tipo, cantar, moverse con la música o simplemente escucharla.
La música tiene efectos poderosos sobre la mente. Los diferentes estilos de música pueden tener un efecto importante en el estado de ánimo de una persona muy rápidamente, y pueden ayudarle a experimentar y procesar una amplia variedad de emociones, desde felicidad hasta entusiasmo, al igual que tristeza, tranquilidad y contemplación.
Hacer música también puede ser tan beneficioso como escuchar música, y la musicoterapia motiva a cada persona a crear la música que consideren útil para ella.
Los terapeutas musicales usan las respuestas y conexiones de una persona con la música para estimular cambios positivos en el estado de ánimo y el bienestar mental general. La terapia musical puede incluir escuchar música y crear música con instrumentos de todo tipo. También puede involucrar cantar y moverse con la música.
Puede ayudar a mejorar la confianza en uno mismo, la comunicación, la independencia, la autoconciencia y la conciencia de los demás y la capacidad de concentración y atención. La interacción musical entre una persona y su terapeuta es importante durante la terapia musical.
La improvisación también pueden ser una parte clave de la terapia musical. Esto consiste en hacer música en el momento, respondiendo a un estado de ánimo o a un tema, como hacer el sonido de una tormenta usando tambores y un palo de lluvia.
La forma en la que la música afecta el cerebro es muy compleja. Todos los aspectos de la música; incluyendo el tono, el tiempo y la melodía, se procesan por diferentes zonas del cerebro.
Por ejemplo, el cerebelo procesa el ritmo, los lóbulos frontales decodifican las señales emocionales creadas por la música, y una parte pequeña del lóbulo temporal derecho ayuda a comprender el tono. El centro de recompensas del cerebro, llamado núcleo accumbens, hasta puede producir señales físicas fuertes de placer, como escalofríos, cuando escucha música poderosa.
La musicoterapia puede usar estas reacciones físicas profundas que el cuerpo tiene frente a la música para ayudar a las personas con problemas de salud mental.
La música ha sido parte de la vida humana por miles de años. Los expertos han encontrado instrumentos de hace 40,000 años, lo que sugiere que el deseo de los humanos de expresarse o comunicarse a través de la música está muy arraigado.
El uso de la música para terapia y curación data de la Antigua Grecia, pero el uso terapéutico actual empezó en el siglo 20, después de que terminara la Segunda Guerra Mundial. La referencia más antigua a la terapia musical viene de un artículo de 1789 titulado “Consideración física de la música”.
Los años 1800 vieron el crecimiento de la investigación médica sobre la capacidad terapéutica de la música, y desde 1940, las universidades empezaron a ofrecer programas de terapia musical. E. Thayer Gaston, uno de los tres hombres que incursionaron en el uso de la música como herramienta terapéutica, ha organizado y promovido la práctica para que se convirtiera en un tipo aceptado de terapia. La terapia musical no depende de la comunicación verbal, así que puede ser mejor para las personas que tienen problemas para comunicarse verbalmente. Esto podría deberse a una discapacidad, una afección neurodegenerativa como demencia, una lesión cerebral adquirida o una afección de salud mental.
Ya que la terapia cognitivo conductual y la psicoterapia son terapias de comunicación, puede que no sean adecuadas para las personas que tienen dificultades con la comunicación verbal. En estos casos la terapia musical puede ser beneficiosa. Además, los profesionales de la salud mental pueden llevar la musicoterapia directamente a una persona, si esta no puede levantarse de la cama o ir al consultorio del terapeuta, por ejemplo. Disfrutar la terapia musical en casa también puede beneficiar a los niños que desean estar en un entorno familiar durante sus sesiones.
Las habilidades que una persona aprende en la terapia musical también pueden ser útiles en su vida diaria. Incluso pueden aprender a tocar un instrumento, que pueden usar como herramienta para mejorar su salud mental y enfrentar las situaciones difíciles en su vida.
