VIII Premio Nacional de Prensa Escrita Marcelo Jelen y su investigación sobre desaparecidas en Uruguay

El jurado integrado por UNESCO, COTIDIANO MUJER, CAINFO, ONU Mujeres y el periodista Roger Rodríguez entregó el VIII Premio Nacional de Prensa Escrita Marcelo Jelén a Angelina De los Santos por su investigación “Desaparecidas en Uruguay: 30 años de desidia estatal ante indicios de trata sexual”, publicada el 27 de junio de 2023 en la plataforma “openDemocracy”. 

La periodista indaga nueve casos de mujeres desaparecidas donde «se exponen omisiones policiales y judiciales. Desde el testimonio del colectivo ¿Dónde Están Nuestras Gurisas? (DENG) recorre fuentes oficiales y tribunales para evidenciar que casi la mitad de las miles de denuncias anuales de desaparición de personas, terminan confirmándose como casos de “ausencia” y el tráfico de mujeres se sospecha como una de las causales». En la oportunidad también recibieron menciones especiales Nausícaa Palomeque y Matilde Campodónico que abordaron temáticas similares. 

Es necesario un periodismo comprometido con la perspectiva de derechos humanos y de género, un periodismo que investigue, que visibilice y ponga en agenda temas que deben ser atendidos de forma urgente para la construcción de una sociedad sin discriminación ni violencia. 

El artículo, que insumió un año de trabajo, investiga los casos de nueve mujeres desaparecidas en los que se constatan omisiones policiales y judiciales. “Desde el testimonio del colectivo ¿Dónde Están Nuestras Gurisas?, recorre fuentes oficiales y tribunales para evidenciar que casi la mitad de las miles de denuncias anuales de desaparición de personas, terminan confirmándose como casos de ‘ausencia’ y el tráfico de mujeres se sospecha como una de las causales”, resalta el fallo del jurado, integrado por Rosa María González (de Unesco), Lucy Garrido (Cotidiano Mujer), Carolina Molla (Cainfo) y el periodista Roger Rodríguez. 

Asimismo, el jurado otorgó una mención especial a Nausica Palomeque y Matilde Campodónico por su artículo “Te abracé en la noche”, publicado en la edición de agosto de 2023 de la revista Lento, de la diaria. “También sobre el tema de la desaparición de personas, el reportaje se destaca por los testimonios directos de familiares de las víctimas transcriptos en singular formato literario y complementado con fotografías”, consigna el fallo. 

Angelina de los Santos contó que “recibir este reconocimiento por un trabajo de un año que pude hacer gracias a la beca que daba Open Democracy para periodistas. Elegí el tema porque es una preocupación que tienen muchos grupos colectivos y organizaciones feministas del país, grupos de madres que denuncian que sus hijas desaparecieron, por las investigaciones que ellas mismas realizan hay indicios de que las desapareció el crimen organizado y a la vez la Justicia,e l aparato estatal que debería dar una respuesta social a este tipo de problemática, no investiga, no da solución de ningún tipo porque no les interesa la desaparición de estas chicas”. 

“Así fue como surgió, por esta inquietud que tenían y quería saber personalmente como puede ser que esté sucediendo esto en este país, un país que se caracteriza en la región por tener una democracia estable, por la confianza en la policía, porque tenemos una legislación en comparación en la región bastante sólida en temas de violencia, explotación y trata, eso me llamó mucho la atención” agregó. 

“Haber sido reconocida después de este arduo trabajo significa gratitud, un honor, pero también me surge esta inquietud porque revisando que otros colegas han recibido este reconocimiento son principalmente colegas mujeres, que a su vez también tratan este tipo de problemáticas sociales, es más, una de las dos menciones que se otorgaron en este octavo premio también fueron para temas similares, estas desaparecidas, ellas hacen una reconstrucción un poco poética de los relatos, de las mamás que las buscan, hay un primer premio y menciones a este tema, esto nos interpela como sociedad, da un empuje, me gustaría que diera un empuje al periodismo de investigación en el país, que como ustedes saben es muy poco financiado porque los medios nos comen la vorágine diaria, de pocos recursos” dijo. 

Para su investigación, recurrió a entrevistas, consultas a expedientes y notas de prensa, para darle forma al trabajo ganador que refleja un problema social de larga data. 

“Hablé con más de treinta personas, revisé decenas de documentos, expedientes, denuncias policiales, prensa, de todo un poco. Es cierto que la información oficial es vaga, es poca y no está sistematizada correctamente, esto lo que hace es mostrar la poca importancia que el Estado le da a este tipo de problemática, porque ni siquiera lo identifica en su magnitud, ni siquiera lo caracteriza. Es un tema que está invisibilizado oficialmente, pero como periodísticamente lo que hice fue ir a las víctimas, a las protagonistas, porque también estas mujeres, porque son las mujeres que buscan a sus hijas, hermanas, amigas, son colectivos llevados por mujeres los que salen a protestar, los que presentan denuncias en colectivo, siempre mujeres, los que son más que víctimas, sobrevivientes, se imponen a esta desidia estatal, a la falta de respuesta oficial y a la falta de avance. Hay algunos casos, por ejemplo el de Milagros Cuello, una chica de 16 años que desapareció en 2016, sale cerca de medianoche a la plaza de Pando, que quedaba a menos de un kilómetro de distancia y no vuelve” dijo. 

“La cuestión es que en las averiguaciones policiales que se hicieron inmediatamente después que se hizo la denuncia surge espontáneamente de uno de los sospechosos, que la estaba explotando sexualmente. Estas dos personas siguen su vida normalmente, no vuelven a ser interrogadas hasta dos años después, en 2019, que tras pedidos de la madre que se los cruzaba en la calle a los explotadores de su hija, de denuncias que presentaron en colectivos, de la institución Derechos Humanos, estas personas son procesadas y logran una condena por la explotación, no se realizó ningún tipo de conección para ver si también podrían estar vinculadas a su desaparición, cosa que menciona la fiscal subrogante, que procesa a estas personas dos años después” agregó. 

“Ella dice que es posible que Milagros haya sido captada por una red de trata y que estas personas que fueron procesadas estén involucradas, porque la última llamada que recibe Milagros es de uno de los perpetradores, pero no se investigó más. Y como esto, muchas cosas más, estas omisiones y fallas no son nuevas, datan de hace treinta años, pudimos corroborar que hay cosas que van hasta 1990, irregularidades y demás” agregó. 

Hay más de seis mil mujeres que aparecen como ausentes en los expedientes estudiados, donde no consta que se fueron por su propia voluntad, podrían ser estos casos sin resolver. 

“En el momento de publicarse este trabajo recibí mensajes de Fiscales, abogados que trabajan en Naciones Unidas, técnicas que trabajan con sobrevivientes a la trata, pero respuesta oficial no tuve, de ningún tipo. Tampoco la esperaba porque el rol del periodismo es poner la información sobre la mesa y si hay algún cambio en la política pública, buenísimo, pero no es lo que sucedió. Es cierto que son las familias principalmente con bajos recursos las que llevan adelante estas búsquedas y las que además recogen información, pistas, evidencias y las llevan ante la policía y la fiscalía y muchas veces son desestimadas. Otra cosa que pude identificar en la investigación, es que hay muchísimos prejuicios contra estas mujeres pobres y mas si han sido vulneradas por su contexto habitacional, social y mucho más aún si se han visto expuestas al consumo abusivo de drogas o la captación dentro del narcotráfico, como para pagar esas deudas de consumo que terminan entrando en un circuito de explotación sexual, por ejemplo los policías, recuerdo a Juan Rodríguez que fue entrevistado, decía que no se hablaba de explotación sexual sino de trabajo sexual, no estaba identifiicando la vulneración que significaba para estas chicas esa vulneración” agregó. 

“Lo que sucedió al comienzo fue que ponerme en contacto con ellas fue muy difícil porque han sido expuestas públicamente, muchas veces desde lugares revictimizantes o de lugares que se las culpabiliza por la desaparición de sus hijas. Una cosa que no prima en ellas es el miedo, han sobrevivido a tanta cosa que el miedo no las detiene, al principio hubo una reticencia y luego que establecimos un vínculo más de confianza, que fue sostenido en el tiempo, nos encontramos varias veces, decenas de llamadas telefónicas y mensajes, siempre fueron muy abiertas a contar su historia porque es una manera de documentar lo que está pasando y de seguir pidiendo apoyo” finalizó.