Habrá una capacitación en este tema dirigida a los profesionales de los medios de comunicación, en forma abierta, gratuita y online, previo a la conmemoración del Día de Prevención del Suicidio que será el 17 de julio.
La Comisión Nacional Honoraria de Prevención del Suicidio, integrada por el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Ministerio del Interior (MI), invita a la jornada de capacitación: “Herramientas para comunicar en prevención del suicidio”, dirigida a profesionales de los medios de comunicación.
La disertación estará a cargo de la Prof. Agda. Dra. Cristina Larrobla (DT), Unidad de Salud Mental en Comunidad, Unidad Académica de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de la República, quien expondrá sobre recomendaciones para la comunicación en prevención del suicidio y compartirá resultados de una investigación sobre suicidio y los medios de comunicación en el Uruguay.
La actividad será el miércoles 17 de julio, fecha en que se conmemora el Día Nacional de Prevención del Suicidio, de 9 a 10 horas en formato híbrido: presencial en la sala de sesiones del MSP (18 de Julio 1892, 1er. Piso) y virtual a través de Zoom. La inscripción a la jornada de capacitación es gratuita a través del siguiente formulario, https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdJzXDtDjOyMLJmGeo1qYgBDy9lNvrpyNqeGM5Ch-nFHtCH6g/viewform
A continuación, de 10 a 12 horas, se llevará a cabo el acto protocolar en el que se realizará el lanzamiento de la “Guía de práctica clínica para el abordaje de la conducta suicida en el sistema nacional integrado de salud” y se comunicarán las datos correspondientes al año 2023. El acto contará con la presencia de autoridades de los cuatro ministerios que integran la Comisión y de la Organización Panamericana de la Salud.
El suicidio es un tema multicausal, del que contamos con la hoja de ruta en el Ministerio de Salud Pública, pero que debe tener a todos trabajando para su abordaje. El suicidio es una muerte que se puede evitar y que no necesariamente tiene que recaer en un profesional del área de la salud o social ya que se considera que todos nosotros tenemos la potestad y las herramientas para prevenir un suicidio, buscando ese acercamiento.
Si bien en los últimos años las cifras de suicidios en Uruguay se han mantenido estables, de todas formas requieren de atención urgente puesto que, de que los suicidios de 2020 hay 718 familias que perdieron un ser querido. Hay un trabajo sostenido a lo largo de toda la pandemia de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) con la línea de apoyo VIDA, así como también celebró la incorporación del Instituto Nacional de la Juventud (INJU) para profundizar los canales de comunicación con los adolescentes y jóvenes.
Se destaca la importancia de la articulación interinstitucional más allá de la rectoría sanitaria para el abordaje del suicidio y el compromiso del Ministerio para dar una respuesta conjunta con el fuerte anclaje social necesario; la importancia del intercambio social y afectivo para poder prevenir suicidios ya que el compartir una charla deportiva, laboral; el tener todos los “idas y vueltas” de la vida cotidiana, y a mayor profundidad, reduce sensiblemente las posibilidades de una situación dramática. Para ello es importante profundizar la interacción social, canales de descarga, canales de deshago, para las personas que necesitan volcar distintas situaciones, distintas angustias.
Desde el área programática de Salud Mental se analizó que en los últimos cinco años las cifras se han mantenido en una meseta, pero es importante tener en cuenta que son números altos de fallecimientos por esta causa en nuestro país.
Hay un aumento de suicidios en jóvenes de 15 a 19 años, un joven cada tres días, en Uruguay, se quitó la vida, lo que se traduce en un aumento del 45% en comparación con otros años y su consecuente impacto social.
También se atiende al subdiagnóstico de depresión y otros aspectos que inciden en el suicidio en los adultos mayores, para lo que resaltó la importancia de la capacitación del personal de la salud en la detección de factores de riesgo. Los profesionales de las áreas programáticas de Adolescencia y Juventud y del Adulto Mayor coincidieron en la importancia de buscar estrategias ajustadas a cada grupo etario. Con esta perspectiva es que, con apoyo del INJU, se realizaron dos audiovisuales para promover la prevención del suicidio.
Desde ASSE se destaca el trabajo realizado desde la línea VIDA y la línea de apoyo emocional que se instauró con motivo de la pandemia de covid-19.
El lema adoptado anteriormente fue “Crear esperanza a través de la acción”, reflejando la necesidad de una acción colectiva para abordar este urgente problema de salud pública. Todos nosotros (familiares, amigos, compañeros de trabajo, miembros de la comunidad, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios políticos y gobiernos) podemos tomar medidas para prevenir el suicidio.
El objetivo general de este día (el 17 de julio) es crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo. Los objetivos incluyen promover la colaboración y el autoempoderamiento de las partes interesadas para abordar la autolesión y el suicidio a través de acciones preventivas. Esto se puede lograr mediante el desarrollo de capacidades de los proveedores de atención médica y otros actores relevantes, mensajes positivos e informativos dirigidos a la población general y grupos en riesgo como los jóvenes, y facilitando un debate abierto sobre salud mental en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo.
También se anima a aquellos que estén contemplando o afectados por el suicidio a compartir sus historias y buscar ayuda profesional.
La tasa de mortalidad por suicidio en la Región de las Américas ha ido aumentando, mientras que en todas las demás regiones de la Organización Mundial de la Salud ha disminuido; destacando la urgente necesidad de hacer de la prevención del suicidio una prioridad de salud pública.
Los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó que afecta no sólo a los individuos, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades. Factores de riesgo asociados al suicidio, como pérdida laboral o financiera, trauma o abuso, trastornos mentales y por uso de sustancias, y barreras para acceder a la atención médica. La diferencia de sexo en la mortalidad por suicidio es un fenómeno ligado a la cultura, lo que significa que las expectativas culturales sobre el género y el suicidio determinan fuertemente tanto su existencia como su magnitud. Además, la pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación al aumentar la prevalencia de enfermedades mentales y alterar los servicios esenciales de salud mental. Otras emergencias humanitarias, incluida la migración, agravada por la crisis climática global, también representan una amenaza importante para la salud mental.
Las medidas clave de prevención del suicidio basadas en evidencia incluyen restringir el acceso a medios para suicidarse (por ejemplo, armas de fuego, pesticidas, etc.), políticas de salud mental y reducción del alcohol, y promover que los medios de comunicación informen sobre el suicidio de manera responsable El estigma social y la falta de conciencia siguen siendo barreras importantes para buscar ayuda para el suicidio, lo que pone de relieve la necesidad de alfabetización en salud . mental y campañas contra el estigma.