En la sesión pasada de la Junta Departamental se nombró de interés el Encuentro que habrá sobre cementerios y patrimonio.
Los cementerios también forman parte del patrimonio de un país y existe todo una red que se dedica a estudiarlos. En este sentido se está organizando el «Tercer Encuentro de Patrimonio Funerario Uruguayo» buscando un mayor desarrollo de las localidades desde lo cultural, turístico, artistico e histórico que amalgama el Patrimonio Funerario en todo el territorio nacional. Los cementerios por ser lugares con cientos de años en muchos casos y una rica arquitectura se han convertido a nivel mundial en un lugar turístico, lo que se pretende potenciar en Uruguay.
El programa tendrá varias mesas de trabajo, varios expositores y charlas sobre el tema, que desde hace tres años forma parte del circuito turístico y cultural nacional.
El apellido patrimonial acompaña los cementerios solamente desde fines del siglo XX. Se reconoce en algunas necrópolis la carga histórica y las singularidades artísticas y arquitectónicas de sus elementos. Al ser considerados espacios de memoria, además adquieren un valor patrimonial como portadores de la herencia de una sociedad, así como también, han sido considerados elementos conformadores y configuradores de las ciudades modernas. Sin embargo, durante el siglo XX el abandono sostenido de los cementerios generó un importante deterioro en muchos de ellos. Frente a este panorama poco alentador, asociaciones de la sociedad civil de diversas latitudes comenzaron a reclamar una mejor gestión institucional y política respecto del valor social de los cementerios. Es así como transcurrido el siglo XXI el patrimonio funerario ha avanzado a procesos de institucionalización diversos en el occidente, desde organizaciones en red de la sociedad civil, hasta reconocimientos de protección legal a escala local o nacional.
Los cementerios son también patrimonio paisajístico, pues históricamente los humanos han escogido los lugares de descanso eterno siguiendo patrones vinculados al territorio y la condición geográfica como las especies vegetales, los elementos minerales, la latitud, la localización y la geoforma. Los cementerios extramuros decimonónicos se caracterizan por su masa arbórea de especies longevas, altas, resistentes y siempreverdes como el ciprés, construyendo una tradición paisajística y una jardinería y botánicas funerarias.
Desde un punto de vista antropológico y educativo, el cementerio y la arquitectura funeraria pueden considerarse como un gran texto histórico repleto de expresiones “que dan cuenta de la cosmovisión de los grupos, instituciones y culturas que los han construido”, las costumbres funerarias populares han sido puestas en valor como patrimonio etnográfico por el campo académico, desde la óptica de la historia de las mentalidades y su relación con la muerte.
Los cementerios forman parte de nuestro patrimonio material por sus obras arquitectónicas, sus esculturas y artes decorativas, y además representan un patrimonio inmaterial en torno a las costumbres y prácticas relacionadas con la muerte y los difuntos, desde el momento del fallecimiento hasta su recorrido en el camposanto. La conjunción entre el patrimonio material e inmaterial conforma el patrimonio funerario, donde se encuentra parte de nuestra memoria histórica, social e individual, que estamos obligados a conservar para poder transmitirlo a las generaciones venideras. Los cementerios son catálogos irrepetibles de las tendencias arquitectónicas de los dos siglos precedentes; un reflejo del patrimonio artístico de la ciudad y un verdadero museo a cielo
abierto.
