Una vida destinada a la docencia y la creación

Cristina Figueredo es una multifacética mujer, docente, jubilada, sindicalista, artesana, amiga, madre, roles de los cuales nos cuenta teniendo como centro su emprendimiento, LaCriFi Art.

Su formación y profesión fue como docente, ocupando varios roles y cargos a lo largo de su trayectoria, una carrera que se convirtió en vocación.

“Soy docente porque en el año 86, cuando comencé magisterio puedo decir que todavía no se si quería ser maestra, irnos a Montevideo no era fácil, mi familia no me podía mandar, mi hermana ya era maestra, era una persona a la que siempre admiré y seguí, decidí entrar al magisterio y después de algunos años de trabajo te puedo decir es la mejor profesión que uno puede tener en esta vida, porque te llena, te sentís que hacés algo sumamente importante, creo que en realidad nadie tiene en cuenta o valora lo que es ser maestro todos los días, dejás tu vida por ser maestro, muchas veces no concurrís ni siquiera a los lugares donde tenés que ir con tu hijos, a las fiestas, reuniones, porque son coincidentes con las que tenés, pero no me arrepiento para nada de ser maestra. Lo que el magisterio me enseñó para la vida fue muy importante y creo que para mi hijo también, charlando me dice que él aprendió mucho de verme como maestra” dijo Cristina.

“Soy maestra común, estudié y concursé muchas veces como docente y en dirección, traté de especializarme sobre todo en lo de las tecnologías que fue lo que más estudié” agregó.

“No quiero dejar de decirlo y nombrarlo, porque fue una parte importante en mi carrera, el trabajo en el sindicato y las asambleas técnico docentes, durante muchos años trabajé en la defensa de los derechos de los docentes, de la construcción de las político-educativas, de la lucha, fueron muchos años compartiendo con muy buenos compañeros, que creo es parte de lo que voy a extrañar durante la jubilación, a los colegas, esto de verse con ellos, estar en el codo a codo luchándola todos los días” indicó.

Su carrera

Como docente desempeño variados cargos y llevó adelante varios desafíos.

“Soy maestra desde el año 1989, comencé en Escuela 33 de La Paloma, estuve cuatro años allí, trabajé como maestra común, siempre con grupos de cuarto, quinto y sexto. Cuando nació mi hijo estuve un año en Sarandí del Yí trabajando en educación inicial, volví a La Paloma, después por razones de salud de mi hijo decidí que tenía que acercarme hacia Durazno y llegué a Sarandí del Yí, a la Escuela 5 y luego en la Escuela Especial 81 durante catorce años, donde tuve mis mayores aprendizajes como docente, no solo por lo que uno vive sino por los compañeros con los que comparte esos espacios” dijo.

“Después decidí incursionar en las tecnologías, siempre busqué trabajar en esa área con los gurises y maestros, sale un llamado para maestro dinamizador, trabajé en esa área, me presenté a Coordinación de Tecnología donde ocupé el cargo y además incursioné en otros lugares, porque me gustaba y por razones laborales, en el año 1995 estuve trabajando con otras compañeras en un proyecto hermoso que nació dentro de la Escuela Especial que fue la Escuela Granja 52, en la Ruta 100. Ese proyecto fue elaborado con compañeras de la Escuela 81, Carmen Scavone, Rosamaría Tiscordio, María Rosa Figuedero, Olga Andrade por parte de la Intendencia, Martha Guedes, Eduardo Pacheco, estuve unos seis o siete años ocupándome de la secretaría de esa institución.

Luego incursioné en la Educación para Adultos, trabajando com omaestra alfabetizadora en los Centros MEC de Sandú y Plaza Artigas, enseñando a personas adultas, fue esa línea la de trabajo en mi vida, hasta que decidí dejar algunos lugares, me cesaron en algunos otros y seguí hacia Formación Docente dando clases de informática” agregó.

“Esto de las tecnologías me abrió un camino que me parecía al principio impactante, me llevaba permanentemente a tener que estar actualizada, aprendiendo, eso me pareció interesante. Cuando nace todo lo de Ceibal me gustó esto de trabajar con los niños y con los maestros, hacer prácticas con tecnologías fue desafiante y al no tener un lugar fijo donde trabajar, estar todos los días en distintos lugares, con distintos colegas, fue muy interesante. El lugar de las tecnologías en la educación tiene que estar, todavía le falta mucho, porque para capacitar a los colegas y tener todos los tiempos necesarios para hacerlo desde la inclusión de la tecnología a sus prácticas de todos los

días hacen falta más espacios” dijo.

“En mis inicios como dinamizadora trabajábamos en las plazas y patios con los colegas, eso hace ver que hace falta espacios para los maestros puedan acceder a toda la formación, la tecnología tiene que ocupar un espacio de privilegio, porque los gurises con los que trabajamos están inmersos en la tecnología desde que nacen. En Magisterio también trabajar con la tecnología me pareció encantador, preparar a los futuros colegas en esto que los maestros estaban conociendo, fue una propuesta sumamente interesante” agregó.

Hobbies

Cristina tiene varios hobbies y gustos, variados, siempre eligiendo la creación como eje.

“Todo lo que tiene que ver con mis hobbies está relacionado con las manos, pintar, hacer crochet, coser, todo eso me gusta. Todo lo que sea crear y trabajar con las manos. Me gusta leer, he abandonado un poco la lectura últimamente, por los tiempos que dispongo, espero retomarlo porque es un momento importante en mi vida. Mi mamá era muy buena lectora y nos hizo buenas lectoras desde pequeñas, así que espero retomar tener esos espacios para leer, porque me lleva a esos otros mundos que son tan impactantes” contó.

La familia

Esta parte de su vida es la más importante, la contención que siempre estuvo presente.

“Para poder trabajar, estudiar y hacer todas estas cosas, la familia es todo. Fui una persona que tuve una familia espectacular, una madre y padre que me apoyaron en todo, fuimos una familia viajera porque mis padres trabajaban en Antel, entonces vivíamos en Trinidad y cuando yo tenía 13 años nos fuimos todos a Treinta y Tres, después decidió venirse a Durazno y vinimos todos con él” agregó.

“Mi familia fue muy importante, generamos un vínculo de contención muy especial, me apoyaron en todas mis decisiones, más teniendo en cuenta que me divorcié cuando mi hijo tenía cinco meses, ellos fueron quienes me contuvieron y estuvieron en cada momento de mi vida, buenos y malos. Tuve una hermana maravillosa, de esas que uno puede decir que es una amiga, tuvimos una relación muy especial, muy unidas, en algún momento la vida te enfrenta a cosas que uno no espera o no quiere, a enfermedades, a que la gente se va de tu lado, he pasado por años difíciles con la pérdida de mi mamá, una persona muy importante en mi vida, a los pocos meses la pérdida de mi hermana, esa persona en la que vos te ves, te leés, te reflejás, una enfermedad jodida como es el cáncer se la llevó, y en menos de un año la pérdida de mi cuñado, que era el hermano que la vida no me había dado” dijo.

“Mi padre faltaba desde hace algunos años, enfrentarme a esas situaciones de vida, donde te sentís solo, angustiado, mis dos sobrinos están en la misma situación que yo y tenía que contenerlos, apoyarlos, tratando de ayudarlos porque son como mis hijos porque mi hermana trabajaba fuera de Durazno y ellos se criaron junto con mi hijo; no son de mi sangre pero son como mis hijos” agregó. “Tratando de manejar todo ese dolor y esa vida que se te viene encima nace esto de empezar a pintar, algo que hacía muchísimos años había hecho, más como un hobby que como un emprendimiento, LaCriFi Art, donde estoy trabajando ahora. También ahí nace esa necesidad de jubilarme, de empezar a vivir un poco, de no tener horarios fijos y extensos de trabajo que siempre están, ya que trabajaba ocho horas en la Inspección y también en Formación Docente, por lo que la jornada se extendía hasta diez y doce horas” contó.

“Un punto destacado es para mi hijo, es el ser que me ha permitido vivir con esta fortaleza necesaria para afrontar todo. Es un ser muy especial, está siempre a mi lado, siempre me acompaña, me contiene y ocupa un espacio muy importante de mi vida, en estos momentos mi hijo y mis sobrinos lo son todo en mi vida” dijo.

Emprender

Desde antes de su jubilación, durante los tiempos más difíciles en su vida, Cristina se volcó a la creación como una forma de terapia.

“Comencé así a emprender nuevos rumbos, eso tiene que ver mucho conmigo como persona, siento que tengo que comenzar a cuidarme más, empezar a vivir un poco más para mi, ocuparme de mi,

ese es el fin primordial de esta jubilación. Vivir un poco, algo que a veces el trabajo no te lo deja hacer, ocuparme de este emprendimiento” contó.

“LaCriFi Art es una propuesta que nace del dolor pero me llena mucho, me produce una sensación de paz muy grande cuando elaboro, hago maderas de barros, mates de cerámica, sillas y bancos de madera, sobre ellos trato de ser creativa y dejar esos sentimientos que uno a veces le cuesta tanto sacar hacia afuera. Primordialmente pinto mandalas, porque me parecieron siempre sumamente impactantes y atractivos, he incursionado ahora para niños, pintando algunos banquitos y sillas para ellos, pero trabajo más que nada sobre la pintura de mandalas sobre los diferentes productos” agregó.

“El emprendimiento está todavía en pañales, he participado de muchas ferias, momentos sublimes de contacto con el otro, conversar, intercambiar, un espacio que no conocía y me parece muy atractivo. Ahora, con la jubilación, seguiré organizando mi emprendimiento”.

La amistad

“Un espacio importante en mi vida ocupan los amigos, esos que te rodean, te acompañan, están en las buenas y las malas. La vida me permitió tener muchos amigos, que no son de ahora sino de toda la vida, de cuando uno estudiaba y trabajaba, a veces sin estar al lado siempre son una contención.

Ellos fueron ese puntal que me sostuvo en momentos jodidos de mi vida, donde era difícil vivir todos los días. Ahora estoy en esa etapa, en la de cuidarme, de mimarme, de empezar a hacer crecer un poco mi emprendimiento” dijo Cristina.