Un 75% de los residuos electrónicos de Ceibal son reutilizados: el aluminio y el cobre se reciclan en alambre, las plaquetas se destinan a Bélgica, el metal se transforma en varillas de hierro que se utiliza para viviendas en Uruguay y el plástico viaja a Malasia.
Minimizar la mayor cantidad posible de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), repararlos y reciclarlos son tareas fundamentales para promover la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental. En esta línea, Ceibal presenta su Plan de Gestión de RAEE con alcance nacional, el próximo 7 de junio a las 15:30, en el marco de la Expo Sostenible.
Los dispositivos de Ceibal representan menos del 1% de los aparatos eléctricos y electrónicos que se importan en Uruguay; no obstante, las prácticas de Ceibal para recuperar estos aparatos representan el 14% de los RAEE que se procesan formalmente en el país.
Desde sus inicios, Ceibal desarrolla una estricta política para minimizar la generación de residuos electrónicos, con dispositivos que siguen la línea de ecodiseño y con una propuesta de gestión de los aparatos que prevé la reparación, el desguace y la recuperación de los equipos y sus repuestos.
En los últimos tres años, Ceibal ha logrado recolectar, en promedio, un 63% de los residuos de aparatos electrónicos generados y ha logrado valorizar un 75% del total de los residuos enviados a tratamiento.
En el Plan de Gestión de RAEE se hace énfasis en tres puntos fundamentales: en primer lugar, a la hora de diseñar los dispositivos, hoy las computadoras y tablets que están en manos de estudiantes y docentes son creadas bajo lineamientos de ecodiseño y se entregan en empaques sustentables.
En segundo lugar, se apuesta a la extensión de la vida útil de los dispositivos a través de centros de reparación, ubicados en todo el país. Ceibal desarrolla una tarea de tratamiento de computadoras y tablets, así como de desarmado de los mismos, con el fin de extraer las partes que pueden ser reutilizadas o que pasan por un proceso de reparación y se derivan a reciclaje.
En tercer lugar, en materia de reutilización, un 40% de los repuestos que usa Ceibal son reutilizados y que, por lo tanto, permite alargar la vida útil de los materiales. Al mismo tiempo, los materiales que no pueden reutilizarse son reciclados.
Hoy, un 75% de los residuos electrónicos son reciclados: el aluminio y el cobre se utilizan para la creación de alambres, las plaquetas de la computadora se derivan a Bélgica donde se le extraen metales preciosos, el metal se transforman en varillas de hierro que se utilizan para la construcción de viviendas en Uruguay y el plástico viaja a Malasia para ser transformado en carcasas y mobiliario como mesas, sillas y macetas.
Asimismo, Ceibal impulsa una serie de programas y proyectos que buscan abordar estas temáticas y visibilizar los desafíos en el marco de la promoción de la educación para el desarrollo sostenible.
Por ejemplo, la temática de la Olimpíada de Robótica, Programación y Videojuegos en 2024 es “La vida y el agua” y, en este contexto, Ceibal propone a los equipos de estudiantes encontrar soluciones sostenibles para sus centros y los desafía a gestionar sus recursos de manera responsable y eficiente. Por su parte, también lleva adelante una serie de tutoriales para realizar soluciones sostenibles a partir de placas micro:bit.
Además, este año Ceibal organiza la “Creatón de Recursos Educativos Abiertos con foco en Sostenibilidad”, un espacio gratuito, abierto y presencial, para docentes, que busca fomentar la creación de recursos para el aula vinculado a la educación para el desarrollo sostenible. Y disponibilidad, desde su plataforma Biblioteca País, una variedad de materiales y publicaciones para trabajar la sostenibilidad.
¿Qué se hace con los materiales desechados? El metal se funde y termina en una obra en una barra de hierro; con el cartón se vuelve a generar papel. Por otra parte, el plástico de las computadoras se trabaja de distintas formas para generar nuevas soluciones. Los proveedores Rotoplast y RMD Uruguay someten al material a diferentes procesos. En el caso del primero, el plástico es fundido utilizando temperatura caliente para generar bloques de TPU (poliuretano termoplástico), mientras que la segunda empresa emplea un proceso en frío que permite elaborar piezas que luego sirve para cubrir pisos.
Los usos pueden ser muy variados. El material puede acabar siendo moldeado en forma de mesa, de bancos, sillas o macetas, entre un sinfín de opciones. En el edificio de Plan Ceibal, se ven varios
objetos que han sido creados con esta materia prima reciclada. Todas las áreas de Ceibal aportaron ideas de lo que se puede hacer con el material. Según datos proporcionados por Plan Ceibal, de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que se generan en Uruguay, el reciclado de al menos un 30% del total pertenece a sus materiales.
Hay un problema que son las pantallas, pero no se tiran. Se están acopiando en Werba, buscando tecnologías y lugares o destinos donde puedan volver a generar nuevos materiales. Plan Ceibal se ocupa de hacer las gestiones para generar materiales que puedan ser reutilizados para tener el menor impacto ambiental posible. Pero las ideas de qué hacer con estos no salen solo de la institución. El área de Formación del proyecto creó una oportunidad de trabajo con centros educativos para que los propios estudiantes sean partícipes del proceso de reciclaje y de la toma de decisiones sobre qué soluciones se pueden encontrar con los residuos.
Ceibal involucró a seis CEA (centros educativos asociados) de Montevideo y un grupo de escuelas de Colonia. Según explicó Bailón, la propuesta era conformar un equipo de trabajo entre niños de sexto año de escuela y primer año de UTU y, a través de la metodología de pensamiento de diseño, identificar un problema a resolver en cada centro y generar una propuesta con una solución. El pensamiento de diseño trabaja en cuatro etapas que implican identificar algo sobre lo que intervenir, imaginar o diseñar qué hacer para cambiarlo, generar la solución y finalmente comunicarla.
Los proyectos presentados por los distintos centros educativos fueron diversos: la recuperación de tableros de una cancha de básquetbol, soluciones para generar sombra en un patio, un pequeño invernadero para una escuela que ya tenía una huerta y espacios de juego.
Para involucrarse más en esta causa, los niños de los centros educativos que participaron en este programa visitaron la planta de Werba para conocer de primera mano el proceso de reciclaje de los materiales. Luego de la visita a la planta, los distintos grupos fueron invitados a compartir sus proyectos en la plataforma Crea de Ceibal para que otros estudiantes pudieran conocer más sobre este trabajo. Los niños también estuvieron en contacto con un diseñador para lograr convertir en realidad los proyectos que idearon en maquetas.
El primer fruto finalizado de PrendeTEC fue instalado en diciembre en el CEA 183 de Carrasco Norte. Allí, los alumnos de sexto año de escuela y primer año de UTU diseñaron un juego para los niños de educación inicial. Se encontró así una oportunidad para unir dos cuestiones: abordar temas de educación ambiental y economía sustentable, y resolverlos con materiales en desuso de computadoras.
Luego de un piloto exitoso, el programa PrendeTEC continuará con nuevas propuestas que buscan involucrar a los niños y los centros educativos, fomentando el desarrollo de competencias y poniendo a los estudiantes como protagonistas. La propuesta se extenderá también a los estudiantes de educación secundaria.