“Soy una agradecida de mi pueblo”

Cocinando pal Pueblo es un emprendimiento que tiene poco más de un año y ha marcado una diferencia en lo que es el servicio gastronómico. Marisa, su responsable, nos cuenta los desafíos que ha superado para llegar a concretar ese espacio.

“Soy Marisa Medina, dueña de Cocinando pal Pueblo, un emprendimiento donde estoy con mi esposo, una de mis hijas y mi hermana. Trabajamos en familia y mi esposo es un apoyo fundamental para el emprendimiento, ya que realiza todo lo que tiene que ver con mandados, arreglos y nosotras cocinamos y brindamos el servicio” dijo.

“Mi hobbie realmente no se si tengo, me gusta cocinar y trabajo en lo que me gusta, que puede ser mejor. Hice un curso en Proin Mujer en Montevideo, estaba sin trabajo, crié mis hijas durante años y estaba difícil, casi a los cuarenta años ingresar al mercado laboral. Tenía 37 años cuando volví a trabajar, cuando fui a hacer la pasantía en un restaurante en Las Tejas en Montevideo quedé efectiva después de la pasantía y quedé ahí hasta antes de venirme a Durazno, durante unos 14 años” agregó.

El patio de comidas evolucionó, desde cuatro mesas hasta un local más amplio, ya que de a poco creció el interés de la gente y los servicios que brindaba allí.

“Nuestro emprendimiento es gastronómico, no le llamo restaurante, le llamo una casa de comida, un patio de comidas, es mi casa, en otros países se usa esta modalidad, es como en el patio de tu casa, hicimos un techado, comenzamos así con este emprendimiento con viandas, trabajé un buen tiempo en esto y después no lo pude hacer más, hicimos unas mesas rústicas y venían los camioneros a comer, porque había una cantera para este lado. Así comenzaron a venir vecinos, amigos, todos me apoyaron mucho, tengo tanta gente para agradecer por el apoyo, porque me dieron para adelante, me alentaron a seguir” contó.

“Así fue que empezamos, teníamos cuatro mesas, después veíamos que no nos alcanzaba por la cantidad de gente que venía, hicimos otro techado, más mesas, comenzamos un 24 de setiembre, llegó el verano y estábamos con más patio, aprovechamos los espacios al aire libre, ahora hicimos un dec, seguimos mejorando, agregando espacios para poder brindar el mejor servicio. Hace un año del comienzo y tenemos mucho para agradecer a todos” contó.

“El nombre del emprendimiento surge porque quería cocinar para mi pueblo, por eso se llama así, Cocinando pal Pueblo. La verdad que los desafíos que he tenido que pasar han sido muchos, no ha sido tan fácil, en realidad estamos lejos de la ciudad, es un camino de tierra que casi siempre está feo, por la calle Líber Seregni paraje La Economía, estamos a tres kilómetros y medio o cuatro de la ciudad, ha sido ese uno de los grandes desafíos, ya que si bien yo conocía de restaurant, no sabía como se llevaba adelante, Tuve que aprender todo lo que implica, las compras, administrarlo” agregó.

Marisa es una agradecida de la gente por la respuesta que le ha dado, también de las instituciones que luego fueron un pilar importante para seguir creciendo.

“La gente ha respondido muy bien, una de las cosas que me decían a veces era como iba a hacer por la distancia, me sugerían alquilar algo en el pueblo. Sin embargo, para mi era difícil económicamente alquilar algo, esto surgió desde el esfuerzo, desde la necesidad, no fue algo para invertir dinero que teníamos sino de generar un ingreso económico para la familia. Superada esa dificultad, la distancia, me encontré con que la gente elegía venir y disfrutar de nuestra propuesta” contó.

“Siempre pensando en que era lo diferente en Cocinando pal Pueblo, por eso lo de la comida casera es indispensable, acá se cocina en forma artesanal, desde el pan que servimos en la mesa, galletitas, las pastas son caseras en el local, el tuco es hecho a la manera de antes, de carne estofada, la propuesta es así, con cosas ricas, que todo lo elaborado sea delicioso y por eso nos elijan, que quieran probar otra cosa, porque la gente que viene es fiel, vuelve siempre y la verdad es porque les gusta lo que hacemos acá” agregó.

“Otra cosa que tratamos de hacer es atender bien, que la gente se sienta bienvenida, que estén tranquilos comiendo, no andar a las corridas ni la gente mirando para que se desocupe una mesa, acá esas cosas no pasan, tratamos de que la gente lo pase bonito, confortable, que se sienta cómodo, que vengan y vean que todo está lindo, nos desvivimos por cada cliente que llega” dijo.

“Si bien después me enteré del Centro Pyme, de Ande, desde allí me dieron alguna guía, apoyo

económico, al tiempo pude comprar un horno de esta forma y hacer algún otro arreglo en el local, también Sembrando me llamó un día para una exposición de emprendedores donde cada uno presentaba su emprendimiento y pude dar una charla, donde fui muy bien recibida y tuvo buenas repercusiones. Hace pocos días estuve en una exposición organizada por Redam, donde pude contar la historia a quienes estaban allí sobre como había empezado el emprendimiento, como afrontar los desafíos, como es el día a día con todas sus luchas, con todos sus logros, un día se está más arriba o y otro más abajo, hay temporadas más difíciles pero estoy satisfecha porque el pueblo ha respondido y gracias a eso tenemos nuestro empleo, mi hija, mi hermana y yo” contó.

“Tenemos también alguien que nos maneja las redes ahora, algo que es importante, nos saca fotos del local, de los platos elaborados y ha dado sus frutos. Hoy en día mucho se maneja por las redes y estamos contentos en ese sentido. El apoyo grande que he tenido ha sido de mi familia, de instituciones, de la gente, de mi pueblo, me he sentido muy apoyada, por eso quiero agradecer siempre, porque a pesar de que el dicho asegura lo contrario, he podido ser profeta en mi tierra. Nuestra forma de sustentarnos se la debo a mi pueblo y por eso me siento feliz y agradecida” agregó.

“En este rubro, ser mujer me ha favorecido. Soy de hablar, de buscar situaciones, expongo mi situación, no para conseguir nada gratis, cuento mi verdad y a la gente le gusta eso, porque mucha gente, muchas mujeres estamos viviendo situaciones difíciles, jefas de hogar que tienen que sustentarse y a veces hay que luchar, no todos tenemos la misma entereza, pero de una o de otra manera el que quiere salir adelante lo logra, pidiendo ayuda, buscando soluciones. Soy madre de cuatro mujeres y les he inculcado que estudien, que trabajen, que no dependan de nadie, porque nunca sabemos como va a ser el futuro” dijo.