Baquiana: un sueño cumplido desde el interior profundo

María Patricia es la titular de Baquiana, la marca de ropa que surge desde el interior profundo, viviendo muy de cerca las tradiciones y dándole una impronta especial a su producción.

María Patricia González Ferrás nació en Tacuarembó, “mis primeros años de vida los hice en zona rural, mis padres eran trabajadores en el medio rural donde estuve hasta los seis años. Ahí mi mamá dejó de trabajar, éramos tres hermanos y vinimos a hacer la escuela en San Gregorio de Polanco donde viví hasta los 17 años, donde terminé quinto de liceo, quería especializarme en la opción de economía y tuve que irme a Paso de los Toros a estudiar”.

“Luego me vine a vivir a Durazno, en 2007 comencé la carrera de Ciencias Económicas, faltando en el 2009 un año para recibirme, la Facultad donde estudiaba cerró por irregularidades y comencé a replantearme si eso era lo que quería hacer. Comencé entonces a trabajar en lo que a futuro sería mi profesión, trabajé en un estudio contable, trabajé también en Frigoyi en la parte contable, iba viendo que en realidad desde chica lo que quería era que cuando tuviera a mi familia los quería cuidar, cocinarles, disfrutarlos. Me gustó siempre el campo, a pesar de que solo estuve a los seis años en ese medio, pero sabía que quería vivir en el campo” agregó.

“El tiempo trajo a mi vida a quien luego sería mi esposo, con quien tengo dos hijos, Vicente y María Emilia, vivo en Durazno en Estación Chileno, donde me vine a mediados del 2014. Siempre digo que me enamoré de durazno desde la primera vez que lo vi, estuve la primera mitad de mi vida en Tacuarembó y la otra mitad en Durazno. Así surge la marca Baquiana es una marca local, está registrada desde ese entonces en Durazno” dijo.

A pesar de sus múltiples ocupaciones como madre, esposa y emprendedora, María Patricia también tiene sus hobbies.

“Mis hobbies son principalmente leer, es algo que lo traigo desde chica, teníamos la biblioteca a una cuadra de casa y era el lugar donde íbamos todas las tardes a cambiar algún libro y mantengo hasta ahora esa pasión, me gusta mucho leer sobre metafísica, me gustan las novelas, la astrología, siempre tengo a la hora de dormir un libro a mano. Viajar, cocinar a mi familia y compartir con mis amigos, es algo que me gusta mucho” contó.

“Mi emprendimiento nació hace cuatro años, en abril del 2020, en plena pandemia, cuando se cerraron los comercios, cuando la gente se tuvo que quedar en casa y se potenció, se encontró otra manera de llegar, donde los comercios grandes comenzaron a vender online, lo vi como una oportunidad el no tener un local físico, sino que es una tienda online, la manejo desde mi casa. La única desventaja es que vivo a 50 kilómetros de sarandí del Yí, que es el lugar más cerca para hacer envíos que tengo, pero luego son todo ventajas.

El nombre surgió como una palabra que me identificara, esta es una palabra que se usa mucho en zona rural, el ser baquiano, en realidad está mal hablado, debería ser baqueana, pero es una persona que conoce lo que hace, se desenvuelve bien en lo que hace. Desde chica se me dio vender mis juguetes, cambiar mi ropa después de adolescentes, encontrar siempre algo para negociar con primos, amigos, eso fue algo que me caracterizó, por eso salió el nombre del emprendimiento” dijo.

El emprendimiento surge como una necesidad económica y se transforma en la pasión de Patricia.

“La ropa de campo Baquiana surge como un anexo a la actividad rural, mi esposo es peón rural y una manera de complementar lo que hace dentro de donde estoy es este. El hobbie de la costura, viviendo en Chileno, lo conocí a través de Durazno Integra que estaba dando los cursos de formación. Iba con mi bebé en brazos y mi suegra, eran mis primeros tiempos en Chileno, pude socializar con otras mujeres. Antes emprendía con restauración de muebles, pero encontré que esto me gustaba más, me apasionaba y me daba también una entrada de dinero extra para darme algunos gustos, por ejemplo ir a mi casa que queda a 70 kilómetros, porque siempre había que tener en cuenta los gastos. Por eso quería algo que me complemente para que tenga mi independencia, igualmente para comprar cosas extras, en el campo el trabajo es sacrificado, no tenés fines de semana libres, pensé en que quería hacer algo que me permita para irme un fin de semana a mi casa, o ver a nuestros amigos en Durazno, con los cuales siempre hemos mantenido el contacto, hacerles algún gusto a mis hijos, como mujer rural poder decir esto lo puedo pagar yo” indicó.

“Al principio comencé a hacer bombachas caseras, luego le puse la marca Baquiana y después fui agregando otros artículos. Los desafíos son muchos, cuando uno comienza algo, se aprende sobre la marcha, hasta ahora puedo decir que no soy experta en lo que hago, aprendo de los errores. Cuando empecé hacía las bombachas personalmente, pero cuando vi la venta más a escala, no me daban los tiempos y demoraba más en entregarla, era tiempo y dinero que se estaba perdiendo. Entonces, me capacité en Durazno Integra también junto con Ceprodi para formarnos como empresa, fuimos algunas veces a Montevideo, ellos ayudan a las mujeres en general, eso colaboró para tener las herramientas y darme ánimo a hacerlo. Averigüé en Montevideo para que alguien pudiera cortarme las prendas en diferentes talles, así se pudo hacer la entrega y la venta mas rápida” agregó.

A lo largo de estos años ha aprendido los trucos para que su empresa destaque.

“He aprendido con respecto a las telas, al lavado industrial, las terminaciones que lleva, todo eso lo fui aprendiendo. Hoy en día tengo un equipo formado, pero no ha sido fácil, hay que buscarle la vuelta, tener paciencia porque en Durazno no hay talleres aunque sea para hacer un bordado, siempre termino en Montevideo con la confección que se necesita, pero hay que perseverar, tener paciencia, aprender a tratar con las personas” dijo.

“El desafío más grande es que al vivir a 50 kilómetros hago envíos una o dos veces a la semana, días que aprovecho también para hacer otros mandados de la casa. Al principio no era tan fácil, porque la ganancia se me iba en el envío o en el viaje a Sarandí del Yí. Actualmente tengo mejores posibilidades para cumplir en tiempo y forma con los pedidos, porque al vivir en zona rural lo más desafiante es hacer llegar al cliente su producto en tiempo y forma” agregó.

“La manera de difundir mi emprendimiento fue, entre otras, una sesión de fotos en Maroñas, a través de una amiga que está en Montevideo. Hoy me doy cuenta que cuando uno quiere salir adelante, hay que salir de la zona de confort, hacerte ver, hacer actividades,mostrar lo que hacés. A partir de ese día me vieron para hacerles el outfit a las promotoras el 6 de enero, una carrera importante del Gran Premio Ramírez. Al principio pensé que no me iba a animar, fue una responsabilidad muy grande, me movilizó mucho emocionalmente pero tuve siempre el apoyo de mi familia, de mi esposo, eso es importante, porque uno a pesar de que a veces quiere, sin el apoyo de los cercanos es más difícil. Y muy importante el apoyo de mi suegra que vive a 2 kilómetros y siempre me acompaña en cada evento y se queda con mis hijos cuando mi trabajo lo requiere” contó.

Comenzaron otros desafíos, desfiles, muestras en diferentes lugares, algo que promovió a Baquiana llevándola hasta la actualidad.

“A partir de ahí, en marzo del año siguiente me propusieron hacer un desfile, no los había hecho nunca pero mi amiga me animó. A partir de ahí tuve un aumento significativo en la marca, en las ventas, empecé a hacerme conocer más y ese año trabajé con el Hipódromo de Maroñas, haciéndoles el outfit a las promotoras y me servía de promoción.

El año pasado me tuve que organizar de otra manera para el desfile, este año hice un desfile en Punta del Este y ya cursando el cuarto año de la marca, estoy vendiendo al por mayor, tengo un vendedor que me hace la zona de Maldonado, mi público es más que nada Montevideo, el litoral, a pesar de que hago envíos a todo el país, desde esos lugares es donde más me compran. Voy agregando cosas nuevas, manteniendo mi estilo, sacando la ropa tradicional de los estándares tradicionales” dijo.

“En abril cuando cumplo los cuatro años, desde Redam me ofrecen hacer una exposición en Durazno, algo que me hizo sentir homenajeada. Cuando voy a representar el interior, llevo también a las otras mujeres del interior en mí, quiero demostrar que se puede emprender, hay que capacitarse pero no siempre tenés que estar en la ciudad, desde el campo también se puede emprender, salir adelante. Si seguís ese sueño, podés pasar todos los desafíos” finalizó.