Más niñas en las TIC: su participación enriquece la tecnología

Se conmemoró el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con el objetivo de inspirarlas a orientar sus estudios y profesiones al campo de las carreras tecnológicas.

Está completamente claro que la incorporación de más niñas en las áreas de las Tecnologías de la Información y la Comunicación significa un futuro con más mujeres ocupando espacios en estas carreras, lo que a su vez supone mayor paridad de género en las áreas STEM y una sociedad más inclusiva, con igualdad de oportunidades y de acceso a las tecnologías.

Pese a esto, el de las TIC sigue siendo un universo educacional y laboral mayoritariamente masculino, en el que persisten muchas brechas de género, en Ceibal han asumido el compromiso de trabajar en pos de que cada vez más niñas accedan a programas educativos en ámbitos STEM y de las TIC.

La igualdad de género es un derecho humano fundamental, reflejado en el artículo I de la carta fundacional de las Naciones Unidas, en 1948. Para lograr la igualdad de género, es imprescindible garantizar que el acceso a educación y salud de calidad, así como a recursos económicos y a la participación en la vida política, sea igualitario tanto para mujeres y niñas como para hombres y niños. También es fundamental lograr la igualdad de oportunidades en el acceso tanto al empleo como a posiciones de liderazgo y de toma de decisiones a todos los niveles.

Las encuestas de uso del tiempo muestran que las mujeres tienen menos horas disponibles al día que los varones para dedicar al ocio, ya que tienen una carga muy alta de trabajo doméstico (cuidado de dependientes, tareas de alimentación y limpieza del hogar). Esa desigualdad en el reparto de trabajo doméstico hace que luego las mujeres tengan menos horas disponibles para dedicarle al trabajo remunerado, con lo cual se pierde autonomía económica y se vulneran sus derechos humanos fundamentales.

Las carreras STEM forman parte de los trabajos del futuro: el área de las tecnologías de la información es un campo con una demanda creciente de personas con talento. Las carreras STEM brindan autonomía económica. Hay muchas oportunidades de empleo y los trabajos altamente productivos remuneran más que el promedio de salarios en otros sectores. Los salarios del área STEM son 66% superiores al promedio de salarios en otras áreas, según datos del Instituto de Estadística de la Unesco citados por ONU Mujeres. En Uruguay en 2017 los salarios STEM eran cuatro veces mayores al salario mínimo.

A pesar de estas perspectivas favorables, niñas y niños tienden a elegir asignaturas de acuerdo con los roles tradicionales de género. Al momento de elegir orientación para bachillerato (5to año), 40% de mujeres opta por la diversificación científica, mientras que en 6to, 34% elige la orientación físico-matemática. Esa brecha en educación luego se traslada al mercado laboral. La falta de diversidad en las carreras STEM tiene implicancias para la progresión laboral, al enlentecer los ascensos y bajar las probabilidades de ascender a puestos de toma de decisión. Las mujeres tienden a estar sobrerrepresentadas en el sector informal, en subempleo y en trabajos no remunerados.

La equidad de género es un principio ético normativo, está asociada a la idea de justicia y busca cubrir las necesidades de personas o grupos que están en desventaja. Los conceptos de igualdad y de equidad transmiten mensajes distintos. Igualdad es un derecho humano que corresponde a todas las personas y que no está sujeto a necesidades específicas. Equidad es un principio normativo asociado al concepto de justicia. Fomentar la equidad de género contribuye a lograr la igualdad de género.

Aumentar la participación de niñas y mujeres en carreras STEM redunda en beneficios para la economía en su conjunto, ya que en la actualidad hay trabajos que no se realizan por falta de personas expertas para hacerlo. Sumar mujeres a las áreas STEM aumenta la oferta de recursos humanos disponibles. Un estudio de la Unión Europea muestra que sumar mujeres a sectores con demanda de talento podría aumentar la productividad hasta 25%. Las mujeres son la mitad de la población, pero tienen menos de 20% de los cargos gerenciales. Hay un problema de ineficiencia económica si se desperdicia ese talento.

Dar voz y voto a las mujeres como actores económicos, políticos y sociales puede cambiar las opciones políticas y hacer que las instituciones sean representativas de una diversidad de voces. Incluir el trabajo de cuidado de dependientes en la planificación urbana podría mejorar la eficiencia del sistema de transporte, ya que la mayoría de las personas que utilizan el transporte urbano son mujeres y es más probable que los viajes sean “encadenados”, por ejemplo de la escuela al trabajo, de la escuela a hacer compras y al hogar.

A nivel global, una de cada tres mujeres estudia carreras STEM; dentro de esas, las mujeres eligen ingeniería en computación o tecnología en incluso menor porcentaje: 19%. En Uruguay pasa algo parecido. Si bien las mujeres fueron 63% de las personas que entraron a la Universidad de la República en 2018 (el último dato disponible), esta cifra en la Facultad de Ingeniería fue solamente 23%. La mayoría de las mujeres se dedica a carreras relacionadas con las ciencias sociales y humanas o con el área de la salud.

Las mujeres uruguayas, además, participan en el mercado laboral en mayor medida que el promedio de América Latina. En parte, esto es consecuencia del mayor capital humano de las mujeres. Dos tercios de las mujeres participan en el mercado laboral en Uruguay, cifra mucho más alta que el promedio mundial (50%) y mayor que la de la mayoría de los países de América Latina. Sin embargo, hay una segregación horizontal del trabajo (las mujeres participan en menor medida en áreas STEM), así como una segregación vertical (las mujeres participan en mucho menor medida que los hombres en la toma de decisiones). Esta segregación vertical se observa también en el ámbito universitario y en el sistema nacional de investigadores, en el que las mujeres se

ubican en los cargos de menor jerarquía.

Las políticas uruguayas tendientes a la equidad de género en ciencia, tecnología e innovación se expresan en acciones puntuales, disgregadas y en ocasiones con criterios disímiles sobre un mismo punto. En muchos casos, además, se apoyan en acciones personales y no se integran formalmente a las instituciones