“Me encantan los desafíos, no existe el no en mi vida”

Esthela es la emprendedora a cargo de Sol, una empresa destinada a la venta y asesoramiento en lo que tiene que ver a plantas, de todo tipo. Una vez llegados a este espacio, todos los pedidos tienen solución y respuesta, la podemos encontrar en Arrospide 727, pegado al colegio San Luis, donde tiene una propuesta hermosa.

Esthela Caballero proviene de una familia muy grande y ha lo largo de su vida ha formado una familia con su esposo Carlos y sus dos hijos, Diego y Andrea.

“En la parte de formación y estudios terminé cuarto año del liceo y formaciones de informática en UTU, con lo que trabajó en tienda La Campana durante muchos años, llevando los controles de stock y ventas. Tuve capacitaciones de venta en esa empresa, que valoro montones porque ha influido en mi vida para ser lo que soy hoy” contó.

“Con Marcos Acuña estuve trabajando varios años, él también volcaba mucho en el personal la capacitación necesaria para llevar el comercio y ese aprendizaje fue quedando. En la actualidad sigo haciendo cursos, dictados por Sembrando, sobre emprendimientos, charlas a través de Redam, siempre estoy capacitándome, me gusta aprender, soy inquieta y lo que no se, pregunto. Me gusta interiorizarme en los adelantos que van surgiendo. Soy algo ansiosa, me podré equivocar alguna vez, pero siempre voy buscándole la vuelta al emprendimiento” agregó.

Sol fue el nombre elegido para su negocio “el nombre surge en homenaje a una perrita que tuve, nosotros somos amantes de los perros, llamada Sol, estaba muy enferma y cuando surgió la posibilidad de este comercio cuando quedé sin trabajo formal, en época de pandemia, cuando tuve que decidir que hacer, si seguir buscando trabajo o quedarme en casa y emprender, elegí su nombre”.

“Los servicios que ofrezco son plantas con flores, desde mi inicio, luego vino la pandemia y el rubro lo tuve que modificar un poco, contaba con la sala velatoria Los Cedros que estaba a la vuelta del local, esta empresa cerró y dejé de vender flores por corte. Entonces comencé a dedicarme a las plantas en general y plantas con flores, agregué más plantas, más árboles frutales, toda una variedad tanto de plantas de interior y exterior, con ayuda de amigos, con una abuelita de la vida Mary Mansilla que me donó muchas plantitas, parte de lo que me había quedado al rescindir el trabajo, con ese despido invertí parte de ese dinero en el emprendimiento, comprar plantas y variedades. Hay que consultar mucho siempre, para tener lo mejor, conseguir viveros para comprar, fue todo un aprendizaje, consultar en internet, empezar a ver a quien comprar, ver precios, era algo nuevo para mí luego de años de trabajar en el rubro supermercado y vestimenta. Fue un desafío realmente, mi familia ayudó, porque cuando éramos chicos mi familia me llevaban a hacer quinta, todo lo acumulado, los aprendizajes quedan y siempre son útiles” contó.

Comenzar a emprender fue una decisión que Esthela llevó adelante con mucha vitalidad.

“Al inicio fue bastante desafiante, durante la pandemia, usar las redes sociales para difundir lo que estaba haciendo, fue asi que lo logré. Tratar de solucionar el problema que pudiera tener el cliente con una planta, conseguir lo que querían, siempre tenía herramientas para darle lo que quiere, hasta ahora sigo así, sentándonos en internet para buscar los pedidos específicos que una persona quiera o en el momento no tenga en el local” dijo.

“Para difundir siempre he usado las redes sociales, el boca a boca que tanto ayuda. Ingresé después al grupo de Redam, donde estuve exponiendo con otras emprendedoras. Redex también es uno de los grupos en que estoy integrado y es un buen lugar para darte a conocer y mostrar lo que hacés. Mis proyectos son seguir afinando y corrigiendo los errores que uno comete, acondicionar mejor el local, poder llegar a más gente, estoy tratando de abrir el abanico de ofertas y ver que proyectos se presentan, porque junto a Redam y Sembrando, surgen muchas ayudas, capacitaciones que nos permiten mejorar. Siempre poniéndole toda la vitalidad y fuerza” agregó.

En cuanto a los recursos usados, nos contó que es necesario consultar, involucrarse y decidir.

“Fundasol ha sido esencial conmigo en el caso de que he necesitado algún dinero para reavivar el emprendimiento, porque a veces el comercio se estanca y es necesario un impulso de este tipo. Han salido ahora en conversaciones que hemos tenido, los créditos a través del Brou para pequeños emprendedores y en eso me estoy poniendo al tanto de como es, porque usando la cabeza es dinero

que sirve mucho. En los cursos que he tomado se abren muchas puertas, de lugares adonde acudir, porque a veces pensamos que estamos solo y no es así, lo mejor es conectarse con personas que nos van guiando hasta llegar al lugar donde queremos estar como empresarios. Hay mucha gente que está en este tema de las formaciones y apoyos, es bueno sumarse, también multiplicar eso en otros emprendedores, que vayan sabiendo adonde pueden recurrir” dijo.

“Me encantan los desafíos, los no, para mi, no existen. Si hay un desafío voy a buscarle la vuelta para ver por donde atacar y salir adelante, siempre he contado con el apoyo de mi familia, un factor importante. Quizás los nuevos emprendedores tengan otros desafíos, tener un local donde exhibir sus productos, para una madre con hijos pequeños que tengan que salir y llevar adelante un negocio, no tener adónde acudir cuando precisen una pequeña inyección para el comercio, las capacitaciones, esos son desafíos que tienen soluciones que pueden difundirse cuando los conocemos. Por supuesto que todo esto depende de la personalidad de cada uno y de cómo los toma, para revertirlos, para convertirlos en oportunidades, hoy las mujeres estamos muy acompañadas unas de otras, hay muchas emprendedoras con las que podés reunirte, conversar, tenemos muchas puertas que se nos están abriendo y ahí se puede hablar y ver de qué manera afrontar los desafíos” finalizó.