La Comunidad de San Isidro Labrador elevó una solicitud mediante la cual solicitan la declaración de interés departamental para el evento anual en honor a San Isidro Labrador. Dicha comunidad busca promover la unión del trabajo del campo con el trabajo de la ciudad, fortaleciendo los valores de familia como el respeto, agradecimiento, lealtad y trabajo.
Cada año, el 15 de mayo, se celebra el día de San Isidro Labrador, con una peregrinación encabezada por el santo y un gran desfile de caballería gaucha que recorre toda la zona de chacras. Durante la celebración se realiza una misa al aire libre, seguida de un almuerzo criollo en familia y diversas actividades que fomentan la convivencia y la educación en valores.
Las investigaciones realizadas por la Comunidad de San Isidro Labrador, esta fiesta es considerada la más grande del país en honor a San Isidro, llegando a concentrar hasta 2000 personas, contiguo a la capilla se ha construido un salón familiar con el objetivo de que sea un punto de encuentro para las familias y se utilice con fines sociales, como la visita de un médico una vez al mes y la colaboración con Zoonosis en castraciones, así como para promover la educación en valores entre los jóvenes.
El evento fue declarado de Interés Social y Cultural, teniendo en cuenta que este tipo de resolución puede recaer sobre actividades o eventos de carácter social y cultural. El Encargado de Turismo de la Intendencia Andrés Viana reconoce la importancia de esta fiesta popular que reúne a cientos de familias, no solo del departamento, sino también de otros puntos del país, fortaleciendo el arraigo y el sentido de pertenencia de la comunidad y destaca que este tipo de eventos, contribuyen al desarrollo turístico del departamento, promoviendo la visita de personas interesadas en participar en la celebración y conocer la cultura local.
Para buscar el origen de esta festividad hay que retroceder hasta el año 1080, cuando se produce el nacimiento del protagonista. San Isidro fue un jornalero que nació en el seno de una familia humilde y al que se le atribuyen infinidad de milagros. Están basados en leyendas, eso sí, ya que ninguno ha sido confirmado hasta el momento. San Isidro, según se decía, podía encontrar agua en ríos o pozos subterráneos.
La fama de San Isidro labrador creció de manera exponencial cuando murió en 1172, según la ‘Enciclopedia Biográfica en Línea Biografías y Vidas’. Ya en el siglo XIII se le rogaba para que no lloviera durante la primavera. La devoción por él no dejaba de crecer. Aun sin haber sido canonizado se le rezaba y se le sacaba en procesión.
Según la tradición, San Isidro vino al mundo dentro de una familia humilde poco antes de la reconquista de Madrid, sin embargo, la tragedia golpeó pronto la vida de este santo, porque quedó huérfano. El joven se buscó la vida hasta que finalmente fue contratado como labrador. La tradición habla de un hombre muy piadoso, que rezaba siempre antes de iniciar sus tareas.
El rey de Marruecos, Alí, atacó Madrid en 1110 y San Isidro se trasladó a Torre Laguna, donde siguió trabajando y dedicando tiempo a la oración. Fue en la parroquia de este pueblo donde contrajo matrimonio con una joven que se llamaba María. El santo siguió trabajando las tierras que le habían sido concedidas a Juan de Vargas por el rey Alfonso VI y siguió siendo labrador hasta su muerte en 1172.
Son innumerables los milegros de San Isidro, en concreto unos 438, según el portal oficial de la Hermandad San Isidro Labrador. Uno de los más importantes es, por ejemplo, el del ‘Pozo de San Isidro’. Cuando su hijo cayó en un pozo, y gracias a la oración de San Isidro junto con su esposa Santa Maria de la Cabeza, el agua empezó a subir hasta que el niño salió a la superficie.
Otro es el de la ‘Misteriosa bolsa de granos’, donde, en un día de nieve, San Isidro fue al molino con un saco de grano para dar edad comer al ganado. Allí, se dio cuenta de que los pájaros no podían comer a causa de la nieve, por lo que les tiró el grano de la bolsa que portaba. Cuando llegó al molino, se encontró con el milagro: el saco de grano estaba lleno otra vez.
San Isidro murió en 1172 y fue enterrado junto a la Iglesia de San Andrés de Madrid. Décadas más tarde, su cuerpo fue exhumado, pero sorprendentemente el cuerpo estaba intacto. Sus restos residen en el altar mayor de la Colegiata de San Isidro, templo situado en el casco histórico de la ciudad.