El regreso de la voz

Jesús Carlos Correa fue desde los inicios del Festival Nacional de Folklore, la voz indiscutible, inconfundible, que lo identifica. Su regreso, después de un lapso alejado del escenario, fue una suma de emociones y recuerdos únicos.

“Ese encuentro conduciendo el Festival Nacional de Folklore fue muy emocionante, porque primero pisar un escenario de esa naturaleza para cualquiera es una responsabilidad enorme y uno debe valorarlo por lo que eso significa. Y en segundo lugar porque para mí significaba un retorno después de muchos años y después de haberme ido yo desde allí, porque no se daban determinadas condicionantes, entre ellas que se había dejado de hacer el concurso y yo no podía decir “Todo el Uruguay canta en Durazno” porque en realidad eso no pasaba” contó.

“Ahora volvió el concurso y eso coincide también con el cincuentenario del festival, seguramente habrá incidido para que el Intendente y quienes trabajaban en la organización decidieran que yo estuviera allí, porque además se debía hacer un trabajo de coordinación en el escenario, presentando a los demás conductores que han pasado por el Festival. Y seguramente para eso necesariamente tenían que contar conmigo, porque fueron los que trabajaron conmigo; es un razonamiento tal vez un poco egoísta, pero lo siento así” reflexionó.

Jesús se convirtió con el correr de los años en el símbolo del Festival por unanimidad, sus presentaciones llenas de reflexión marcaron un sello inconfundible.

“He notado que la gente me reconoce hoy como no me reconocía antes, mi aparición que antiguamente era simplemente eso, aparecía, presentaba y no pasaba nada, hoy ya significa que el primer aplauso de repente es para mí y algunos gritos de adhesión, a los cual debo sumar otros tantos de gente que se viene a sacar fotografías conmigo, nunca me había sacado tantas fotos, no tanto en el escenario donde estoy presentando, pero si en las peñas y también en actividades que se desarrollaron durante la semana previa” agregó “también los comentarios en Facebook todas esas cosas que me hacían notar que la gente no solamente reconocía mi trabajo y a mí, sino que apreciaba la tarea que se desarrollaba. Así que volver fue para mí un privilegio, un honor y poder retornar a algo que me gusta tanto, que quiero tanto y que ojalá ese festival siga por muchos años más”.

También se sumó al reconocimiento de otros conductores del Festival, que a lo largo de estos 50 años han marcado su presencia.

“Hubo una serie de reconocimientos que se hicieron allí, en una de las reuniones a la que me convocaron los que estaban organizando el escenario, uno de los pedidos fue los nombres de todos los conductores, que los tenía por supuesto. Entonces uno de los temas que hablamos era la necesidad de abrir un poco todo lo que era posibilidades de conducir a gente joven, que no había podido hacer su preparación en otros escenarios porque el Teatro Español en ese sentido no se está utilizando mucho, los artistas suben y cantan sin que nadie lo presente, entonces no hay un lugar donde los los nuevos conductores tengan oportunidades. Esto es necesario porque de la nada y luego aparecer en un escenario del festival, donde te tiembla hasta el apellido, es un desafío. Fue así que llegó a esta edición Facundo González, un joven queya había mirado, encontré que podía empezar en el Festival haciendo la parte competitiva, que era más sencilla, porque ya vienen el nombre del folclorista, de dónde vienen, los temas que va a cantar, son dos temas, era fácil la tarea o la más fácil digamos. Facundo ya lo habíamos visto en un espectáculo de carnaval, tenía soltura para hablar, improvisaba, no usaba el papel y bueno se dio y la verdad que pasó con nota. Estuvo el viernes con solistas, el sábado con dúos y anduvo muy bien” contó hablando sobre los nuevos valores que estuvieron conduciendo.

“Lo otro fue lindo traer a gente que hace muchos años, algunos que lo habían hecho por única vez como es el caso de Hugo “Yuyo” Islas de Flores que lo hizo en el festival 12, que incluso no lo hizo conmigo porque coincidió que ese año el último año del gobierno militar me sacaron del festival, además el regreso de Emib Suárez Silvera que ya se jubiló, se casó, está en la vida felizmente muy buena en estos momentos y para él fue seguramente debe haber sido muy importante para el festival mismo porque estuvo muchos años, también con Andrea Ferreira con quien somos muy amigos, es una una persona maravillosa que nos queremos muchísimo, con ella tenemos una amistad muy

grande. Lamenté que no estuviera Saúl Piña disponible y finalmente Montes de Oca que vuelve al Festival para trabajar conmigo, ahí si en la función de conductor los dos últimos días. Por otra parte rendimos homenajes a los conductores vivos sin olvidar a muchos que fallecieron, que pasaron con su trayectoria como el caso de Lina González en el festival número 2 o de Antonio González, el Pampa Edward Castro, Abel Soria, Fernando Rodríguez Bonaudi, el compañero y amigo que falleció lamentablemente y estuvo en el Festival en tres o cuatro ocasiones” agregó.

El compromiso del presentador es hacer que el público vibre en cada espectáculo, y eso se pudo vivir fuertemente con un Parque colmado durante todas las jornadas.

“Estar ante ese numeroso público es realmente emocionante, porque además el sábado se desbordó a esa cantidad de público y con las expectativas, el viernes fue el mejor sábado de la historia y el sábado superó todo lo que se podía haber visto anteriormente, fue una cosa impresionante, algo parecido dicen a lo que era el Pilsen Rock, algunos se atreven a decir que había más gente que en esa oportunidad y el domingo fue la segunda noche en importancia, más que el viernes todavía, muy cerquita de la etapa del sábado. Seguramente la programación, que para mí me parece que fue acertada y el hecho de la entrada gratuita, fueron dos cosas que se juntaron para que sucediera eso, más las noches que hubieron, no llovió, hubo una breve llovizna antes una etapa pero después durante el desarrollo no llovió y eso ya extraña, porque el festival fue perseguido muchas veces por la lluvia” contó.

“Mirar desde allí hacia el público y ver esa especie de sábana que cubre el campo hasta allá arriba con la gente y sobre todo el entusiasmo de la gente que participa con palmas, que grita, que tiene carteles, que antes no sé daba, son cosas que han aparecido de los festivales argentinos. En Durazno no se utilizaba eso del cartelito diciendo de donde vienen y eso demostró que este festival trajo gente de afuera que se había perdido” dijo.

La adrenalina del público contagia al presentador y lo renueva, Jesús se siente en cada una de esas presentaciones más motivado.

“Para nosotros que trabajamos en esa tarea no es lo mismo entrar y hablar frente a un escenario vacío que entrar y hacerlo frente a mucha gente, en mi caso personal a mí me da fuerza, me entona, de repente hasta provoca, nos da la facilidad para crear algo. Yo tengo una condición, no preparo previamente lo que voy a decir, si tengo algunos elementos en la cabeza que voy a manejar, los llevo, pero no hago nada de memoria, lo creo allí y bueno generalmente cuando hay este tipo de gente, cuando se cuenta 60.000 o 70.000 personas que hacen silencio, porque vos sentís el silencio, hay silencio que no se sienten y otro que sí, y eso te lleva a mejorar la presentación y que te salga más lindo. No siento nervios cuando estoy en el escenario, sinceramente, pero claro son muchos años de pasar por ahí y uno va este adquiriendo el coraje suficiente. Los nervios míos son antes, son estar a tiempo, prever que falte algo en el escenario, eso si me pone nervioso” dijo.

Comunicador de alma, Jesús estuvo en la previa del Festival presentando un anecdotario llamado “Historias festivaleras” teniendo como protagonistas a las grandes anécdotas que estos 50 años y al público, que sumó sus vivencias.

“Cuando estaban tratando de hacer una programación de una semana previa, se me ocurrió que a mí me gustaría hacer una charlas en la sala Lavalleja o en el lugar que se determine, donde pueda contar mis experiencias, mis anécdotas vividas en el escenario y detrás del escenario, que tengo muchas, sobre todo las buenas, las jocosas. Por ejemplo coordiné la llegada de quien fue el primer concursante que se subió el escenario cuando hice la apertura del primer Festival y comenzaba el concurso a Roberto Dillinger, él llegó hasta acá y, a pesar de no haber traído su guitarra, conseguimos una para que cantara un par de temas” agregó.

“El público también hizo su aporte, fui muy claro en explicar en los comunicados de que la idea era que el público participara, entonces durante el evento Federico Alzamendi colaboró conmigo con un micrófono inalámbrico, estaba en el público y allí surgieron anécdotas del público, risas, alegría, algunas cosas, muchas que la gente no sabía” contó.

Una de las anécdotas destacadas durante las “Historias Festivaleras” fue la protagonizada por el grupo “Los Salamancas” de Durazno.

“Fue en uno de los primeros festivales, por Durazno dentro de la parte competitiva concursaba un conjunto llamado Los Salamancas que era estilo los Chalchaleros, se vestían igual que los Chalchaleros, cantaban con guitarra y bombo y creo que hasta canciones de ellos tenían. Eran de La

Amarilla, los hermanos Álvarez y dos integrantes más. A uno de los hermanos Álvarez le faltaba el par de botas y había conseguido que un amigo le prestara, pero el amigo vivía en la zona del Hospital, así que cuando fue el día de la competencia va rumbo a su casa, cuando pasa por el bar que está ubicado allá en Saravia frente a los Bomberos un amigo le chifla, va, toma una copa y le dice que se va a ir porque tiene que ir a buscar un par de botas, volver a su casa, vestirse y luego ir al Festival. El amigo lo convenció de que él le prestaba las botas, fueron a su casa a unas cuadras y cuando entra allí, busca las botas y resulta que son botas de goma. En el Festival se ve a todo el conjunto, pero uno de ellos de botas de goma. Fue una de las primeras anécdotas que se vivieron en el Festival” recordó.

Amante de las letras, de la escritura, Jesús también está elaborando lo que será una documentación importante sobre la historia del evento.

“Este año hicimos una revista que la parte central son unas páginas que hablan de la historia del Festival de Durazno. Hace muchos años que estoy recopilando información, lo que me ha frenado para hacer un libro completo es que me faltan datos de cuatro festivales, porque lo que quiero poner ahí es quién eran los participantes que concursaron, quiénes ganaron, esos elementos los considero fundamentales como datos, cosa que si alguien quiere buscar algo, cualquier periodista o alguien a nivel personal lo encuentre en el libro. Y me faltan algunos años porque las comisiones funcionaban en un lugar que le daban Intendencia, una vez que terminaba el festival se levantaban las cosas, no había un lugar físico y no hubo archivos buenos de esas etapas. Creo que consultando diarios de esa época, materiales que están en el Museo Histórico y si se hace el trabajo de búsqueda con la fecha, tal vez algo se pueda conseguir, yo tengo mucho interés en sacar ese libro y ahora más que nada porque recientemente una versión que no coincide con la mía, del Dr. Raúl Iturria y me gustaría que quedara aclarado” dijo.

Esas discrepancias tienen que ver con la génesis del Festival Nacional de Folklore.

“El Festival comienza en el 73, luego de que el Intendente Iturria diera el si, pero tuvo un proceso largo de preparación previa, un proceso largo de plantear el tema y encontrar respuestas negativas, del año 67 un Jorge Echenique que presidió una asociación nativista que armamos justamente para poder tener cierta seriedad en el planteo de todo eso. Esas inquietudes, esa historia quiero llevarlo al libro, tengo las declaraciones de ellos, notas que hice el festival 40 a Pochongo Bedat, Eduardo González del Río, a Gonzalo Pérez. Contar realmente el comienzo de las cosas, porque la historia, yo decía otro día en el escenario, el río lo queremos muchísimo y lo disfrutamos, y qué lindo la playa El Sauzal y todo, pero el río nace en Cerro Chato y no llegaría hasta aquí si no hubiera nacido en ese lugar. Entonces no se puede olvidar el nacimiento de nada, de nada se puede olvidar y por eso creo que el libro seguramente va a ayudar a poner las cosas en su lugar” finalizó.