EL GRAN COMPROMISO QUE NOS CONVOCA

Por Saúl Moisés Piña

Dentro de las prioridades que tiene la gestión gubernamental, se destaca la atención de las actividades culturales. Las urgencias de los tiempos que corren, el materialismo que prevalece en las inquietudes, el enfrentamiento de todos los días con las necesidades que el arte de vivir plantea, han llevado que no se le otorgue la importancia que tiene, la atención del alimento espiritual que es la cultura, tan necesario para los pueblos, como el cuidado de los requerimientos materiales.

En iniciativa que merece destacarse, fue inaugurado un moderno y funcional local por parte de la Administración Municipal , lo que motivará el mejoramiento en la calidad de las actividades culturales que se ofrecen, con masiva presencia de alumnos.

Aseguran los analistas especializados en sociología, que muchos de los problemas de violencia que hoy se presentan en la vida social, se pueden atemperar, a poco que la conducta de todos los integrantes del grupo, se encuentre presidida de las pautas racionales y de las luces de los principios morales que emanan del hecho de tener una mediana formación educativa y cultural, demostrando que ello es antídoto contra la violencia. La brillante pluma del prestigioso periodista y exministro de Educación y Cultura Doctor Leonardo Guzmán, trazó en un Editorial: “La debilidad mayor radica en la pobreza cultural en que nos sumió habernos distraído frente a los avances del materialismo socializante y el materialismo consumista, la degradación patética de la educación y la caída de las fuerzas de la inteligencia y la voluntad. Con lo cual por jugar al achique, se nos eclipsó al espíritu”.

Reflexionemos sobre esta sabia sentencia que destaca la importancia de la formación cultural, que tiene relación con la formación moral e intelectual de los individuos y, que son valores fundamentales en el comportamiento social de las personas, teniendo la virtud de ampliar la visión con que se mira al mundo y a la convivencia. La educación es la mejor herramienta para enfrentar el fracaso social y la ausencia de compromiso, que en estos días nos afecta seriamente y , que compromete y marca un desafío a todos los duraznenses.

La formación espiritual, moral y sentimental que induce y guía a los seres humanos, con base a la educación y la difusión cultural, contribuye a respetar la vida, la integridad física y los derechos de sus semejantes, eliminando el flechamiento ideológico que se expresa en forma de dogmatismo y fanatismo, erosionando el sistema democrático y afectando la convivencia y la tranquilidad.

El gran compromiso de los duraznenses para el Nuevo Año, es lograr el crecimiento del comportamiento humano en ideas de seguridad, de solidaridad, de justicia justa, de tolerancia, respeto y armonía fraterna, como forma de contribuir a una convivencia social que permita el más grande desarrollo de cada personalidad. Que nuestros hijos tengan en paz, la capacidad del crecimiento intelectual y moral, que les permita echar a volar la imaginación y la inteligencia, que es la causa de origen de toda creación humana.