El edil frenteamplista Wilson Barité hizo en la Junta Departamental una presentación referida a la seguridad pública y las formas en que debe intervenir el Estado y la Intendencia para mejorarla.
“En la presente intervención voy a referirme al tema de la seguridad pública, planteando consideraciones fundamentales en función a lo que considero cuál es el poder de ver de la Intendencia y la Junta como gobierno departamental. Entiendo que su rol en clave de Estado necesariamente requiere una participación más proactiva sobre la cuestión” dijo.
“Como primera consideración es mantener y entender que las teorías punitivas del Estado son infructuosas e insuficientes por cuánto en su ejercicio de poder punitivo por definición, actúa una vez cometido los hechos ilícitos para la sanción de las conductas contrarias a derecho que afectan a nuestra sociedad y que hoy se ven agravadas como es de público conocimiento. En el caso de la Intendencia puede y debe ser en la función preventiva del delito, siendo quizás este el aspecto primordial de la cuestión social y por el cual es mucho lo que se puede y hay para hacer al respecto. Está más que asumido, tanto a nivel internacional como nacional que la problemática de seguridad y convivencia requiere un fuerte afianzamiento, involucramiento y coordinación entre las diferentes agencias que conforman el gobierno nacional y departamental, además de la participación directa de la comunidad” agregó.
El edil aseguró que la coordinación de instituciones que trabajan en la comunidad, son esenciales para que la seguridad sea promovida.
“En efecto una buena coordinación entre la instituciones, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad por un lado y la continuidad de la política que se implementan por otro, es clave para empezar a lograr resultados positivos tangibles, tanto en los índices delictivos como en la sensación de seguridad de los ciudadanos. La puesta en funcionamiento de la Comisión Ciudadana en el seno de esta Junta es un avance importante al respecto, ahora debemos de comprometer al ejecutivo departamental para trabajar en conjunto y hacer que las cosas sucedan” dijo.
“En mi anterior intervención referida al tema, haciendo énfasis en la importancia de entender la seguridad y convivencia desde el urbano, es decir desde el diseño de las ciudades, de sus espacios públicos y la movilidad urbana. En primer lugar la Intendencia cuenta con un conocimiento detallado de los problemas que enfrenta el departamento, a saber sobre los espacios abandonados, carencia de infraestructura y sensaciones de sus habitantes. En segundo lugar porque la implementación de políticas en el territorio genera mayor capacidad de focalización de las iniciativas y por lo tanto se genera un espacio para la articulación de las mismas con la comunidad. En tercer lugar porque debe ser el objetivo principal del gobierno departamental mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, desarrollando políticas como por ejemplo en obras de infraestructura y mantención de los espacios públicos, que indudablemente también genera una mejor seguridad, convivencia y confianza comunitaria” dijo.
Las teorías sociales involucran fuertemente al rol del Estado para el mantenimiento de la seguridad en los espacios públicos.
“Hemos observado que a partir de la sensación de inseguridad los ciudadanos abandonan los espacios públicos cuando esto sucede en los espacios públicos, por ausencia del Estado quedan descuidados, generando el ambiente propicio para que la organización de criminales comiencen a ganar el terreno en la zona, esto no le digo yo porque se me ocurre, esto proviene de los años 60 y de la generación de teorías y evidencia científicas que sostienen que las personas aportan vitalidad y seguridad a los espacios,, los ambientes urbanos pueden influir en el comportamiento criminal el delito tendría mayor prevalencia en la zona en donde el descuido de la sociedad y el desorden y el maltrato son mayores” agregó.
“Entender el delito de lo cultural, social y en clave de prevención es fundamental por cuanto a mayor presencia del Estado en todas las zonas y áreas de la sociedad necesariamente trae aparejado la disminución de las posibilidades de que las organizaciones criminales ocupen el rol de este. En este marco la ausencia del Estado como soporte principal en las cuestiones culturales, sociales, la escasez de recursos y desarrollo en las infraestructuras edilicia y vial, la ausencia de educación formal, la pérdida de la relevancia de instituciones como la familia, la desvalorización del trabajo
como fuente de crecimiento y desarrollo personal, la escasez de líderes positivos dentro de la sociedad, entre otras cuestiones, son el caldo de cultivo para que las organizaciones delictivas en la captación de nuevos integrantes. Propongo encomendar a los centros de integración barrial para que generen espacios de diagnósticos de la seguridad y convivencia” finalizó.