NOSSAR: UNA HISTORIA DE TRABAJO Y COMPROMISO

Por Saúl Moisés Piña

El fenómeno de la inmigración en el Uruguay es una parte fundamental en la historia del país. El arribo de inmigrantes al Uruguay data del siglo XVI. Los primeros europeos que pisaron estas tierras fueron los tripulantes de la expedición de Juan de Solís en 1516, quienes se encontraron la gran sorpresa de las tribus Charrúas, como también otras tribus amerindias que poblaban el lugar.

La Banda Oriental no tenía metales preciosos ni otras riquezas valiosas para los europeos, por lo que durante largo tiempo permaneció sin colonizar. Cuando Hernandarias introduce la ganadería, se inicia un marcado interés económico en el territorio oriental y algunos porteños cruzaban el Río de la Plata, en búsqueda de cueros vacunos.

Con el transcurso del tiempo, comenzaron a llegar ciudadanos de países europeos.

Marca la historia, que entre 1860 y 1920, un total de 600.000 europeos ingresaron al Uruguay, sobre todo de Italia y España, siendo tal la afluencia de inmigrantes, que prácticamente ahogaron la población preexistente, produciéndose un cambio en la fisonomía del país. Fueron varios los motivos que promocionaron las corrientes de inmigrantes, como persecuciones políticas y religiosas, pero fundamentalmente la esperanza de mejorar las condiciones de vida y labrar un futuro de progreso para la familia.

Dentro de las colectividades radicadas en este país se destacan los libaneses y también los sirios. El Líbano es un país de una muy rica y milenaria historia, y en varias zonas quedan aún templos romanos y santuarios fenicios .Tiene sus límites con Palestina, Siria y el mar mediterráneo. Se le conoce como “El País de los Cedros” que era la especie preferida por el Rey Salomón. En la actualidad hay en Beirut, miles de ejemplares algunos de los cuales tienen 1.500 años de vida. La palabra Líbano significa Blanco y se dice que hace referencia a las dos cordilleras de montañas que hay en el país. La población de este casi misterioso país, es muy cristiana, lo

que queda demostrado que en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, se hace referencia al Líbano con otro nombre. La Biblia marca que Jesús visitó muchas veces ese territorio. No obstante esta orientación cristiana y de fe, no ha sido barrera para que históricamente, por motivos religiosos y culturales, aflore la violencia distorsionando la convivencia pacífica.

Este fenómeno es motivo de que desde hace muchos años, miles de pobladores concretaron la salida del país, radicándose en muchos países del mundo, dentro de los cuales se destaca Uruguay. En Durazno fue muy numeroso el arribo de Libaneses, entre ellos la familia Nossar Lafluf. Sus hijos, Felipe, Miguel y Pablo, inician en 1925, un ambicioso proyecto que no era nada fácil, pero contaban con la ventaja de que en sus venas corría la sangre caracterizada de su raza: fuerza, sacrifico y desafío. Crearon una empresa de automóviles de alquiler, cubriendo servicios en Durazno y en la zona centro del país, un emprendimiento inédito para aquellos años. En 1937 incorporan el primer ómnibus, dando inicio a una etapa de franco crecimiento, ubicando hoy a la empresa como referente a nivel nacional, operando con una importante y moderna flota, ofreciendo servicios al interior del departamento, como así también a Buenos Aires y el Este del país. Desde el año 1960 lidera la empresa Pablo Nossar, por la jubilación de su padre Felipe. “Quelo” le otorgó un perfil de gran dinamismo en el sistema operativo de la empresa, destacando siempre, el trabajo de equipo, el apoyo de su hermano ya fallecido y la responsabilidad del personal, lo que ha sido básico para la excelencia del servicio. Hay que señalar la marca netamente familiar que caracteriza los códigos de trabajo, contenido social y el aporte a instituciones públicas y privadas.

El más valioso capital que tiene un país, es la salud moral e intelectual de quienes realizan la labor creadora con trabajo y compromiso.

Empresa Nossar es un ejemplo, fruto del legado de aquellos pioneros que llegaron desde lejanas tierras, con clara visión progresista y fervorosa vocación por la herramienta del trabajo.