El jueves, una marcha silenciosa de mujeres llegó hasta la Fiscalía de Durazno en protesta y apoyo a la joven víctima de violencia de género, en un hecho sucedido en nuestra ciudad.
Aunque no concretado, el intento de femicidio tuvo consecuencias graves en la víctima, que aún está padeciendo las secuelas de la golpiza, mientras que el agresor tiene medidas cautelares y una tobillera pero realiza una vida normal en sus actividades.
La movilización fue convocada por grupos de mujeres duraznenses en adhesión a Maiza, que a la hora 11.00 estuvo declarado en la Fiscalía por ese hecho.
“Hoy luchamos por un futuro libre y sin miedo, porque estamos hartas de la violencia que existe, de que no nos crean, de la injusticia que hay y el machismo que sufrimos” dijeron.
“Esta movilización es en solidaridad a Maiza, y en ella a todas las mujeres que padecen violencia de género, un delito que sigue matando mujeres. Queremos con esta movida que Maiza sepa que estamos cerca de ella” agregaron.
Son muchas las formas en las que se nos oprime y se nos violenta, son muchas las formas en las que el sistema patriarcal capitalista nos denigra y nos calla, nos subestima y cosifica, nos manipula, nos controla, nos pega, nos mata.
No vamos a permitir ningún retroceso en las conquistas fundamentales logradas por el movimiento de mujeres y disidencias en nuestro país. Hemos tejido una red, hecha por el deseo de transformar la realidad social, cultural y política en la que vivimos, y nada ni nadie nos puede detener.
Las mujeres y niñas somos víctimas de múltiples violencias por el hecho de ser, por el simple hecho de pertenecer al género femenino. La violencia machista sobre nuestros cuerpos es la manifestación simple de la compleja red que el sistema traza a través del androcentrismo del saber, la misoginia del poder y la desigualdad estructural.
Estamos hartas de que se crean dueños de nuestros cuerpos, de nuestras vidas, de nuestras relaciones, de nuestro sentir, de nuestro pensar y de nuestro deseo. Estamos hartas, pero nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio, especialmente cuando en nuestra región y en muchas partes del planeta, los machos se disputan el poder y los discursos de odio se cuelan en las instituciones que deberían velar por los derechos humanos de todes.
Juntas somos un grito sororo por las que ya no están, y juntas, una vez más, exigimos políticas públicas que nos protejan y que sean monitoreadas. Reclamamos al Estado un presupuesto real y suficiente para la Ley de violencia hacia las Mujeres basada en Géneropara afrontar de forma integral la inseguridad a la que las mujeres estamos sometidas diariamente. También, exigimos que la Ley Integral de Prevención y Combate a la Trata y la Explotación de Personascuente con recursos suficientes y que el Poder Judicial actúe en la materia con perspectiva de género.
El tiempo que se avecina nos necesita juntas y compañeras. Unámonos ante una nueva ola conservadora que de distintas formas nos oprime a todas y perpetúa la injusticia. Que las diferencias sean fortalezas. Que el objetivo común no se nos escape, por las que no están, por las que vendrán y por nosotras.