Nuestra salud: atención a las manchas en la piel

Nuestra piel es nuestro sello de identidad, cuidarla no es solamente tener en cuenta la estética, sino también la salud.

Las manchas oscuras, generalmente ocasionadas por el sol, por cambios hormonales o por el consumo de ciertos medicamentos, afectan a 1 de cada 3 mujeres y, en algunas ocasiones, afectan a la autoestima, pero también la salud y por eso hay que prestarles atención.

Al tratarse de una problemática que afecta a millones de personas se promueve la celebración mundial del Día de las Manchas Cutáneas con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar y proteger la piel.

La formación de las manchas en la piel es una preocupación cada vez más común en mujeres de todas las edades. El proceso de formación de una mancha oscura empieza en el momento en que la radiación solar incide sobre nuestra piel y ésta se defiende generando melanina. La melanina producida migra hacia la superficie de la epidermis, pero debido a una disfunción del organismo, en lugar de repartirse uniformemente, se concentra en un punto generando así una mancha cutánea.

Ni todas las pieles son iguales, ni tampoco lo son las manchas, por eso el primer paso es saber distinguirlas.

Entre las más comunes, destacan los lentigos solares, unas pequeñas manchas con forma de lenteja que surgen, principalmente, por la exposición solar, de modo que aparecen en zonas expuestas como la cara, los brazos o las manos. Aparecen con la edad, pero no son de edad; sino del sol que se acumula en la memoria de la piel.

El melasma o cloasma (“se llama así cuando ocurre durante el embarazo”) se distingue por sus formas oscuras e irregulares. Se conoce también como paño y afecta con más frecuencia a las mujeres debido a la influencia hormonal, siendo más frecuente aún durante el embarazo o la toma de anticonceptivos.

Por último, la hiperpigmentación post-inflamatoria, que aparece al curar una lesión en la piel, ” ya sean lesiones cutáneas, quemaduras, heridas, etc.” – y permanece en forma de mancha oscura.

Aunque la llegada del buen tiempo nos obliga a señalar los efectos de la exposición solar, no todas las manchas son marrones ni se producen por hiperpigmentación. En el extremo opuesto, está el vitíligo, cuyo origen es la falta de melanina y que se reconoce por la aparición de manchas blancas.

La radiación solar es la mayor responsable de la aparición de las manchas cutáneas. Abusar de una exposición solar y sin la protección adecuada puede ocasionar quemaduras, la aceleración del envejecimiento de la piel y la aparición de manchas cutáneas.

Por eso, la mejor prevención frente a las manchas es incluir en la rutina diaria un protector solar de amplio espectro que, asegure una óptima protección frente a las radiaciones UVA, UVB, IR y HEV luz visible.

Las radiaciones solares inciden en la piel tanto en invierno como en verano, por eso es importante protegerse todos los días. Igualmente, en verano debemos ser aún más cuidadosos ya que los rayos inciden con mayor intensidad, aumentando los riesgos para nuestra piel.

Las personas de cualquier edad y tonos de piel deben limitar la cantidad de tiempo que pasan al sol. En especial, evite estar al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Tampoco se exponga a otras fuentes de radiación UV, como las camas de bronceado. Tenga en cuenta que los rayos UV se reflejan (rebotan) en la arena, el agua, la nieve y el hielo y atraviesan el parabrisas del automóvil y las ventanas. Aunque el cáncer de piel es más frecuente en las personas con piel más clara, el cáncer de piel se presenta en personas con cualquier tono de piel, incluso si tienen la piel oscura.

Muchas ideas son buenas para protegernos: el uso de sombreros de ala ancha, la aplicación indispensable de la pantalla solar, tanto en invierno como en verano, proteger las zonas más sensibles con ropa y fundamentalmente, respetar los horarios de exposición al sol.