El sábado se realizó la Marcha del Silencio, Durazno no estuvo ajeno a esta movilización que busca mantener viva la memoria y exigir justicia.
“Queremos agradecer a todos quienes estuvieron presentes y seguir pensando en que hay que luchar por la memoria, porque es un elemento fundamental en la construcción de una sociedad y de los seres humanos de esa sociedad” indicaron desde la organización, Comisión por Memoria, Verdad y Justicia de Durazno.
“Por verdad, memoria y nunca más marchamos en silencio en homenaje a las víctimas de la dictadura militar y en repudio a las violaciones de los derechos humanos. El homenaje a las víctimas no puede ser otro que el reconocimiento a través de la verdad de los hechos, la recuperación de la memoria y la exigencia de que en Uruguay nunca más exista la tortura, las ejecuciones y la desaparición forzada de personas” agregaron.
“Fue una marcha de todos y todas. Una marcha que ha sido apropiada por la gran mayoría del pueblo uruguayo, abrazando una causa que ha entendido como justa y necesaria. En el marco del mes de la memoria; son infinitas las muestras de afecto y esperanza que se han volcado en este tiempo, en forma de margaritas y fotos, en intervenciones y recuerdos diversos, en manos jóvenes y viejas, que rompen el miedo mientras sostienen la memoria. Volvemos a reclamar por la verdad que las Fuerzas Armadas mantienen al día de hoy secuestrada: en repetidas ocasiones hemos reclamado por una respuesta del sistema político todo. Es necesaria la exigencia de que se entregue la información que sabemos mantienen retenida. Hoy, lo exigimos con más fuerza que nunca” dijeron.
“La búsqueda de nuestros familiares no puede continuar siendo una búsqueda a ciegas: es necesario que quien tiene información, la otorgue, es urgente quebrar el silencio y romper con la cultura de la impunidad. Los avances son lentos e insuficientes, el tiempo corre y seguimos sin saber qué hicieron con nuestros familiares; seguimos con una justicia incompleta, que desoye el reclamo por verdad. Es necesario que el Estado asuma su responsabilidad, así como lo dicta la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ante el caso de “las Muchachas de Abril, de Oscar Tassino y Luis Eduardo González”. Esta sentencia debe ser cumplida en todos sus puntos; sería un gran avance y demostración de que nuestro país está dispuesto a trabajar para que verdaderamente nunca más haya terrorismo de Estado, un avance que asegure que no queremos que se repita esta oscura página de nuestra historia” agregaron.
“Se hace urgente la memoria y el reclamo constante de Verdad y Justicia. Las alarmas se despiertan ante discursos repetidos que intentan tergiversar la historia, bajo falsos relatos que impulsan la teoría de los dos demonios, u oscuras acciones que intentan beneficiar a criminales de lesa humanidad con la excarcelación. Estos hechos hacen que nos encontremos en un campo de disputa constante por la verdad, mientras se dibujan proyectos que homologan los delitos cometidos por particulares con aquellos cometidos por el propio Estado, o con restricciones inauditas que debilitan la reparación integral de quienes fueron víctimas de la violencia estatal; proyectos que en su conjunto ponen en la cuerda floja los compromisos internacionales asumidos en materia del Derecho Internacional. Es por esto que nos preguntamos, ¿cuántos pasos para atrás tenemos que dar en este país en las pocas conquistas alcanzadas? Desde aquí, nuestro compromiso es inclaudicable: defenderemos siempre la memoria y la verdad. Es este un año por demás especial, en el que se cumplen 50 años de la Heroica Huelga General, donde el movimiento obrero y estudiantil resistió 15 días al Golpe de Estado. Sin embargo, remarcamos una vez más que el Terrorismo de Estado inició antes: la prohibición de reuniones, la persecución a las personas luchadoras sociales, las torturas, la privación de la libertad, los asesinatos y la desaparición forzada; Abel Ayala Álvez abrió, en 1971, una triste y larga lista” indicaron .
“Es por esto que continuamos reivindicando la memoria; porque la desaparición forzada es un delito permanente, porque nuestros familiares continúan al día de hoy secuestrados. Han pasado muchos años, demasiados, y nos siguen faltando: nuestros hijos e hijas, hermanos, padres, abuelos, vecinos,
compañeras, amigas… Se los llevaron hace más de 50 años, y aún hoy seguimos esperando respuestas”.